miércoles, 9 de abril de 2008

La incompetencia de la ONA

El reciente escándalo del reparto de publicidad a medios de comunicación con personajes afines al Premier Jorge del Castillo demuestra la incompetencia de la ONA entidad a cargo de la señora Carolina Lizárraga. Este error, que vamos a llamar de diseño, impide que la antes locuaz señora Lizárraga diga que ahora no puede investigar al Premier, no porque ella trabaje bajo la férula de la PCM, sino porque otras organizaciones "ya están investigando" el caso.
Entonces ¿para qué sirve la Oficina Nacional Anticorrupción? Pues para nada. El exceso de ambición y fuguración llevó a sus principales exponentes a no medir las consecuencias de sus actos. La ONA al igual que el fantasmagórico Pacto Social no sirven para nada. El cuidado de los bienes públicos no requiere de llamados a la ética sino de investigación, señalización de culpables y sanción, y para cada una de estas parte del proceso de justicia ya hay una organización. Si de investigar se trata tenemos a la Contraloría y al Congreso, para señalar culpables el Ministerio Público y para sancionar, si se requiere, al Poder Judicial. La ONA fue un invento distractivo del gobierno de Alan García que nació en medio de escándalos de corrupción como la compra de alimentos del SIS con partidas de Economía, para dar a entender así que hay una lucha contra la corrupción, una lucha que como sabemos no existe.
El destacado periodista Juan Carlos Tafur ha señalado que los niveles de corrupción del actual gobierno aprista son gigantescos. Superiores inclusive a los del fujimorato. Y ante ello los medios de comunicación actúan con gran complicidad. En medio de esto aparece la ONA con sus llamados al cumplimiento de la ética. Este llamado, desde el momento que ellos no son éticos y no reconocen que no tienen funciones, no saben qué hacer y sus objetivos son difusos, no sirven para la lucha frontal que se requiere contra la corrupción del segundo gobierno aprista.
Y en medio del escándalo aparecen dos ministras con graves problemas éticos a blindar al Premier diciendo que este no ha cometido una falta "ética". La Ministra de Justicia y la Ministra de Transportes, culpables de la ausencia de reformas una y del uso y abuso de licencias de transporte que han causado tantas muertes la otra, no deben ni siquiera mencionar la palabra "ética". Ellas no tienen autoridad para mencionar dicha palabra.

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