lunes, 23 de julio de 2007

De la amenaza al insulto y del insulto a la represión

Ahora si un miembro de las FFAA o de la policía mata a alguien "en caso de suma necesidad" (llámese represión) no será sancionado. Ni el fujimontesinismo se atrevió a tanto. Pero el gobierno de García sí. Esto demuestra antes que nada la debilidad de un gobierno que quiere acallar las voces que se levantan, contra su permanente incapacidad para gobernar, con bala y cárcel. Difíciles momentos debe estar pasando Alan García. Sabemos de su interperancia y también de su legendaria falta de calma. No tiene la cabeza fría que se le debe exigir a un gobernante, más aún cuando este gobierna a un país complicado como nuestro Perú. Con el propósito de vender la idea de energía y mano dura, el gobierno se está colocando al borde del abismo, porque estas medidas no van a resultar, ya hay penas aún mayores que no han resultado, porque la protesta social es sólida y nace del descontento contra un gobierno que mintió, con premeditación y alevosía, para poder ganar la lid electoral.
Porque una cosa es lanzar promesas y no cumplirlas, por la fuerza de la realidad, que es lo que le pasó a Alejandro Toledo y otra es mentir lanzando promesas a sabiendas que no se querían ni se iban a cumplir. ¿Qué pasó con el retorno a la Constitución del 79 que prometió y demandaba el señor Alan García? ¿Que se ha hecho de la promesa de no impulsar el TLC con los Estados Unidos, con amenaza de retiro de la firma del presidente Toledo inclusive? ¿Qué hay de la exigencia a las empresas mineras de cobrarles un impuesto a las sobreganancias por las millonarias utilidades que reciben? ¿Qué hay de la eliminación de los services? ¿Qué hay del aumento de los salarios para que verdaderamente la bonanza del país llegue a los más pobres? Nada de esto está pasando. Tenemos un presidente que permanentemente miente al pais, que no gobierna sino actúa y que tiene en la mafia fujimontesinista y en algunos medios defensores de intereses económicos a los nuevos aliados de un país que, en sus manos, no tiene rumbo.
Quiero dejar sentada mi posición: pienso que el señor Alan García, más temprano que tarde va a patear el tablero, con mayor autoritarismo y persecución. Vivimos una democracia castrada con un permanente y sistemático recorte de libertades que los cobardes no quieren ver. Si el señor García no dice nada del señor Hugo Chávez es porque él, aquí, pretende hacer lo mismo si es que ya no lo está haciendo con algunos medios que callan, asienten y adulan a su gobierno. Medios y encuestadoras, como se hizo con el fujimontesinismo. Otra vez estamos en medio de una torpeza generada por el gobierno aprista que no entiende, así de simple, lo que significa gobernar. Que tendremos más violencia y huelgas que no quepa la menor duda, el gobierno es culpable único de esta situación.