El reciente comunicado del Ministerio del Interior anunciando que el día Miércoles podrían infiltrarse "activistas del terrorismo y grupos conexos" no sólo demuestra la incapacidad política de este gobierno para controlar las marchas y negociar las huelgas sino que nos recuerda a los peores momentos que vivió el país en épocas del fujimontesinismo cuando, para tratar de desmotivar a los huelguistas, hacían exactamente los mismos anuncios. El gobierno con su actitud se ha convertido en funcional, en una suerte de tonto útil que favorece el fortalecimiento de los dirigentes sectoriales. En lugar de aislar políticamente a las dirigencias se dedican a insultarlos y agredirlos. Los que pensaban que el gobierno de Alan García era ducho en saber operar políticamente hoy se deben dar cuenta de lo lejana que estaba su percepción de la realidad. Han olvidado que esta ya no es el APRA de Seoane, Prialé o Sánchez sino de Del Castillo, Mulder y Gonzáles Posada, todos ellos sin el vuelo ni la altura intelectual y ética de sus antecesores.
En el colmo de la incompetencia política, el brazo sindical del APRA, la CTP, con Elías Grijalba a la cabeza, anuncia su salida a las calles "para apoyar el TLC y la Ley Magisterial" con lo cual, en épocas de violencia, contribuirá con su cuota de bulla y gritos en las alamedas y avenidas de nuestra ciudad.
Pero lo más gráfico de la jornada es el intento de minimización de las protestas por parte del presidente. Dijo que los únicos que tienen miedo son los ciudadanos de la clase media. Sin embargo los clasemedieros no han clamado por la salida de las tropas a las calles. Ha sido el gobierno. Y en el colmo de la comicidad el congresista Mulder dice que por el momento no quiere confrontar a los huelguistas en las calles. Mal el comunicado del Ministerio del Interior. Qué rápido acortan, queman las instancias en este gobierno. Eliminan el CND y las exigencias van de frente al Premier. Aprueban una Ley sin consenso y las huelgas de profesores son la respuesta al ninguneo presidencial. Hay marchas en diversos lugares del país y el gobierno saca al Ejército a las calles, una entidad que está preparada para la guerra y no para la convulsión social. Y en el colmo de la torpeza, a pesar de las advertencias, ya ni siquiera hay avión (el presidencial) para trasladar policías a las ciudades del interior del país. Hace poco el premier Del Castillo decía que para mostrar autoridad y liderazgo no era necesario golpear la mesa. Hoy no golpean la mesa sino al país sacando a las Fuerzas Armadas a las calles. Esto es, en definitiva, desterrar el diálogo y apostar por la represión. Y si a eso le agregamos el comunicado claudicante del Ministerio del Interior pues tenemos una pintura que podría engalanar con creces un salón de exposiciones dedicado a la incompetencia.
Juan Sheput
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