Nada va a cambiar. Sólo están actuando, creyendo que somos tontos. Acabo de escuchar al premier Jorge del Castillo en entrevista con César Hildebrandt, mintiendo una vez más sobre las cifras de publicidad que está gastando este gobierno en relación al del presidente Alejandro Toledo. Empujado por la soberbia y por qué no decirlo por su alejamiento de la realidad, cree ver que todo marcha bien. Ingenuamente está entusiasmado porque cree que todo se ha solucionado. Qué equivocado está. El Premier y su soberbia se creen el cuento que le dicen al oído sus numerosos aúlicos mediáticos. Su vocación de bombero, utilizando como extinguidor el dinero de todos los peruanos, lo hace sentirse el amo y señor de la coyuntura. Cree que es muy hábil y no se da cuenta que el prestigio con el que cuenta es producto del lobby de sus operadores mediáticos. Insulta nuevamente faltando a la tolerancia y demostrando que de hombre de Estado no tiene nada. Ante la pregunta de Hildebrandt sobre el porqué de las declaraciones críticas de Farid Matuk, el premier dijo que las mismas eran producto de la frustración. Dijo algo similar a que no sabía si las mismas eran por la corbatita michi o la frustración. Particularmente el señor Matuk no constituye para mí un gran referente ni matemático ni estadístico, pero siempre respetaré su opinión como respetaría la de cualquier ciudadano, más aún cuando esta es crítica. Pero el premier no acepta la crítica. Cree que nos vamos a tragar el cuento que en 6 meses de gobierno aprista ya la pobreza disminuyó más de 2 puntos y en todo el 2006 más de 4 puntos. Ese no es mérito del gobierno aprista. En absoluto. En primer lugar es imposible rebajar 2.2 % del índice de pobreza en 5 meses que es el periodo agosto-diciembre que le corresponde al gobierno aprista en el 2006. Y en segundo lugar habría que recordarle al premier lo que dijo Luis Alva Castro, actual alto funcionario del Interior, cuando ante las cifras de reducción de la pobreza del presidente Toledo, en el sentido que en 5 años habían disminuído de 52 a 48%, se horrorizó, indicando la gravedad de manipular las cifras a pesar que eran cifras avaladas por el mismo Banco Mundial. Ya estamos advertidos. El APRA y su premier, torpemente se sienten fortalecidos, por la presente calma,una calma que por lo hechiza es tan sólo una antesala de nuevas tormentas.
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