Cuando una tierra es arrasada o destruída por la mano del hombre o la naturaleza suele ser un terreno abierto para la inversión aprovechadora: remate de tierras (de gente que se quiere alejar), mano de obra barata (por las ansias de trabajar), gran inversión pública (en autopistas, puertos, aeropuertos), tasas preferenciales de crédito para los que quieran invertir, etcétera, etcétera. Es decir el terreno propicio para el inversor de largo plazo no movido por la solidaridad sino por la conveniencia. Ya vimos como los señores de CAPECO aprovecharon para pedir una serie de beneficios para poder "ayudar" en la reconstrucción.
Un artículo de Ophelimos Comunidad Económica en Red de la PUCP, con el cual coincido, me ha hecho reflexionar sobre esto.
Cuando un Ingeniero hace un Proyecto de Inversión ve la rentabilidad en el mediano y largo plazo, el retorno en el corto.
Un inversor X que ve en Ica la oportunidad ¿qué tomará en cuenta?. Pues lo siguiente:
1. La oportunidad de comprar casas o terrenos en remate.
2. La oportunidad que sus compras de tierras estén acompañadas de una infraestructura como en ninguna parte del país. En la Costa, con nuevas autopistas, con aeropuerto mejorado, con puerto remodelado. Un sueño a futuro.
3. Gran cantidad de mano de obra barata, a niveles en algunos casos asiáticos.
4. Decretos de urgencia que dan beneficios a los inversores.
Ica como región se ha quedado sin activos. No tiene carreteras, hospitales, escuelas, puerto habilitado, infraestructura turística. En dicha situación es obvio que tiene que haber inversión. Está todo por hacer y habrá fondos del sector público para dar una base de infraetructura para la inversión.
Entonces ¿La intervención privada es por conveniencia? ¿Pura y angelical solidaridad? ¿Cuáles serán las prioridades?
Habrá inversión privada pero no solidaria. Solidario sería si lo regalaran. Pero sabemos que no regalarán nada. Así que está demás endiosar.
La reconstrucción de las grandes ciudades europeas y asiáticas luego de la Segunda Guerra Mundial estuvo en manos de políticos e instituciones debidamente fiscalizadas: Adenauer, Marshall, Mac Arthur, entre otros. No se derivó a empresarios.
¿Por qué?
Porque la lógica privada es distinta que la lógica pública. Las políticas públicas, las llamadas a solucionar problemas colectivos de la gente, requieren de una lógica pública no privada. La ministra Verónica Zavala que dice ser experta en este tema (seguramente en transportes también) debería saber que este asunto está estudiado hasta la saciedad.
La lógica privada busca retorno de la inversión. La lógica pública busca retorno social. Las prioridades son distintas. Para el privado la prioridad es la autopista, para el público el hospital; para el privado el puerto, para el público la escuela; para el privado el aeropuerto, para el público la seguridad.
No se trata de fabricar casas bonitas como dijo el señor Favre. Se trata de dotar de cobijo y servicios de primera necesidad.
Y nada de eso se está haciendo. Ya pasó casi un mes y los escombros siguen en medio de la ciudad.
Y después se molesta el Premier cuando lo pifean.