martes, 18 de marzo de 2008

Alcaldes y el transporte urbano en Lima

Un comentario aparecido en uno de mis blogs favoritos El Útero de Marita inspira esta entrada. Tiene que ver con una anécdota académica que viví y se remonta al año 2002, en pleno proceso electoral municipal.
Estaba en un curso semipresencial de Desarrollo Urbano en la Universidad de los Andes de Colombia y mi profesor, el Dr. Mauricio Cuervo, al ver la presencia de peruanos en el salón de clase (compartía aulas con Luis Molero del PAP), quiso señalar lo inconsistente del Plan de Transporte de Lima que se estaba discutiendo en ese instante en la campaña municipal de Lima.
La crítica era hacia Alberto Andrade quién prometía culminar durante su nueva gestión un modelo de transporte similar al exitoso Transmilenio que transformó Bogotá.
El profesor Cuervo se preguntaba cómo sería posible que los peruanos construyeran en cuatro años lo que en Bogotá sólo en planificación duró ese lapso de tiempo. Se preguntaba si se habían diseñados nuevas rutas, si se había trabajado con los transportistas para que ellos sean los propietarios de los nuevos omnibus y no pierdan sus ingresos, si se había definido el tipo ideal de vehículo articulado, si había vías de defogue en los paraderos centrales, si había un cálculo de frecuencias y de usuarios. El diseño y ejecución del Transmilenio duró más de 6 años y fue fruto de dos alcaldes cultos y brillantes: Antanas Mockus y Enrique Peñaloza. Los dos coincidieron en aprovechar las construcciones para hacer una verdadera red de ciclovías para que circulen ciclistas con comodidad.
El Plan se expuso, se aprobó y se ejecutó. En términos de tiempo más duró la planificación que la ejecución. Por este tipo de cosas a Bogotá se le llama paradigma del continente.
Lima es una pésima fotocopia de Bogotá. Funcionarios limeños que van y la visitan vienen aquí y tratan de replicar lo mismo pero sin un contexto adecuado y sin proyecto integrador: mimos en las bocacalles, parque de la Muralla, vías peatonales, etcétera.
Pero olvidan lo principal. En Bogotá hay un Plan de Desarrollo Urbano, hay un Instituto de Planificación Urbana, los arquitectos se preocupan de no destruir el ambiente y mucho menos el paisaje. En Bogotá sería imposible derribar árboles con muchos años de vida para anchar una pista. En Bogotá primero está el ciudadano. Bogotá es lo que es porque Mockus primero y Peñaloza después entendieron que sin cultura era impensable transformar la ciudad.
Por eso es que cuando Lucho Garzón ganó la alcaldía de Bogotá marcharon los muchachos por las calles exigiendo que siga el jazz en los parques, los teatros al aire libre, los conciertos de la sinfónica y la construcción de bibliotecas.
Hasta el nombre del Plan de Desarrollo de Bogotá es hermoso: "BOGOTÁ SIN INDIFERENCIA UN COMPROMISO SOCIAL CONTRA LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN".
Lima y el Callao no merecen alcaldes como los que tenemos en las provincias y sus distritos. ¿O nos merecemos farsas y peajes corruptos?.

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