Por intermedio de un lector y amigo barranquino me entero del asesinato de un humilde ciudadano. Por un perro ahorcado se movilizaron todos, periodistas y políticos. Cuando se trata de un sencillo ciudadano que se gana la vida lavando autos no pasa nada. Así es el Perú de indolente y excluyente hoy.
Reproduzco la preocupación existente en Barranco para que se capture al presunto asesino que responde al nombre de Jhon Olivares Barbarán.
La noticia aparecida en Correo es la siguiente:
Un miembro de serenazgo de Barranco es investigado por la muerte de un sujeto de 53 años. Según informes preliminares, la víctima habría sido golpeada brutalmente.
El sereno es Jhon Olivares Barbarán, quien –según la Municipalidad de Barranco– abandonó su puesto. El es acusado de haber asesinado a Juan Carlos Panizo.
Según las investigaciones, el 18 de marzo Panizo acudió a un centro de salud del distrito para ser atendido por los golpes que había recibido. Allí contó que Olivares, en supuesto estado de ebriedad, lo había atacado cruelmente. A pocas horas de abandonar el centro de salud, el infortunado fue encontrado muerto en la cuadra uno del jirón Unión. Ante ello, la municipalidad ha reestructurado el servicio de serenazgo.
Analicen la noticia: se asesina a un ciudadano humilde que lava autos y Correo lo trata de "sujeto". Y ante el crimen la Municipalidad de Barranco con el "alcalde" a la cabeza prometen la reestructuración del serenazgo. ¿A qué niveles hemos llegado?
Este es un crimen y debe ser sancionado. El alcalde Antonio Mezarina Tong tan preocupado en hacer negocios como sus antecesores y en rematar lo poco que queda de Barranco debe de inmediato proceder a detener al indeseable y ponerlo en manos de la Fiscalía que debe actuar de oficio.
sábado, 29 de marzo de 2008
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