Ahora el presidente García anuncia que brigadas conformadas por representantes de municipios, gremios, ministerios y colegios profesionales inspeccionarán las obras de construcción civil.
La demagogia y lo simplón parece ser el signo del gobierno de Alan García. El presidente creerá que ya nos hemos olvidado del -ahora si podemos decirlo- alharacoso lanzamiento de inspectores desde el Ministerio de Trabajo. La señora Pinilla jamás supo qué decir de las denuncias de copamiento aprista so pretexto de mayor cantidad de inspectores que lo único que hacen es consumir con fruición los fondos de la cooperación internacional.
Por otro lado el presidente García no dice nada, y nadie le pregunta, de la ley 29090 causante de los accidentes de obreros de construcción civil por permitir que se haga la obra sin supervisión de ingenieros. Otras catástrofes se avecinan. Ya no de obreros sino de habitantes de las viviendas. Cuando un nuevo sismo de magnitud sacuda con ferocidad a Lima se verá como muchos de los actuales edificios, novísimos y lindísimos, se derrumbarán como castillos de naipes. ¿Por qué? pues porque se construyeron sin planos técnicos y sin supervisión como el hotel de Pisco que se derrumbó sin resistencia.
Una vez más el presidente lanza propuestas sin sustancia, dignas de un pueblo que cometió el gran error de optar por el mal menor.
Me enteré de esta noticia cuando un entusiasmado Raúl Vargas, en RPP, le decía a un dirigente de construcción civil que coincidía con la propuesta del presidente.
Qué poco análisis y cuánta adulación.
Y pensar que Raúl Vargas es "un influyente periodista nacional".
Así estamos.
sábado, 3 de mayo de 2008
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