jueves, 19 de julio de 2007

El Mercado soy Yo

El plumón de Alan García. Así tituló hace 20 años una revista especializada un articulo donde se graficaba la forma como el entonces también presidente García manipulaba la Economía. Si en los reportes que le brindaban sus técnicos las proyecciones de crecimiento decían "X " el tachaba y ponía "más de X", si la inflación decía "Y", el plumón bendito tachaba y escribía "menos de Y", si se sugería tanto de aumento salarial el sabio plumón indicaba mucho más, y así sucesivamente "por decreto" se iba manipulando la economía. Obviamente ayer, igual que hoy, para lograr esos caprichos se requerían de otros ingredientes: un grupito de secretarios, mal llamados ministros, que aceptaban y aceptan este conjunto de barbaridades lo cual aunado a la confundida complicidad de articulistas y especialistas que, con gran ingenuidad, se esfuerzan por ver el lado bueno en medio de todo lo malo dieron como resultado un manejo desastroso de la Economía. Ahora, que vemos actitudes similares, por una cuestión de responsabilidad con el país es necesario criticarlas, más aún cuando sabemos que es una falsedad el decir que al menos tenemos un ministro de Economía responsable. En efecto, en compañía del premier y del ministro Carranza, el Dr. Alan García ha anunciado la eliminación de aranceles para la harina de trigo, los fertilizantes y el incremento del fondo de protección contra el alza de los combustibles. Cree, lamentablemente, que las leyes del mercado pueden manipularse desde un sillón de Palacio de Gobierno. No se da cuenta, porque no ha aprendido nada, que esa actitud abona en un deterioro acelerado de los fundamentos económicos, malogrando así el futuro del país. Su deformación de abogado (de él y del premier) los hace creer que la realidad se modifica a punta de decretos y leguleyadas. Destruye la confianza y lanza el mensaje que el populismo está más cerca de lo que pensamos, más aún si de por medio está una protesta social. Se diferencia en ese aspecto muchísimo de Alejandro Toledo, quién, a pesar de la baja popularidad y de las protestas sociales, jamás jugó con la Economía. Los resultados, luego de 5 años de su gobierno, saltan a la vista. Lo mismo no se puede decir de García. Ensoberbecido, encimismado con sus índices de popularidad ordena que se eliminen los aranceles, que se subsidien los fertilizantes, que bajen los precios del pasaje, es decir, se lanza a si mismo la frase "El Mercado soy yo". Ya ha salido a contestarle a él y a sus ministros el Sr. Alejandro Daly indicando que actitudes como esa son propias de gobiernos irracionales, que se le hará más daño al sector harinero y, que al final, los consumidores seremos los perjudicados. Es necesario rebajar también el arancel al trigo dice el Sr. Daly. Sin embargo, nosotros no coincidimos con esta posición. No creemos que la solución sea rebajar el arancel tanto a la harina de trigo como al trigo. Esta decisión no beneficiaría al consumidor final sino a los grandes importadores, es decir a los grupos chilenos, al grupo Romero quiénes de un sólo golpe se beneficiarían con un 10% que no trasladarán al consumidor final. De allí la defensa que hacen del tema conocidos lobbystas mediáticos o banqueros empezando por el silencio del empleado bancario Luis Carranza. Hay ausencia de crítica técnica. El problema, puede ser, es una hipótesis, es que los críticos de antes, hoy, o son consultores o son funcionarios del gobierno. Felipe Ortiz de Zevallos que, ante la desconfianza generalizada, hace 20 años sacaba el índice de inflación de Apoyo, hoy es embajador de Perú en USA. Richard Webb, que hacía lo mismo en el Instituto Cuanto, hoy es consultor de la PCM. El IPE no hace las críticas que por mucho menos hacía al anterior gobierno, en este caso sabe Dios por qué razones. Y el Congreso, ni que decir, no sólo es un parlamento sin figuras descollantes, sino que hay una ausencia total de especialización e intelectualidad entre nuestros ilustres parlamentarios. Por tanto cero crítica, salvo la tímida que proviene de algunos medios de comunicación. Entre tanto continúa la destrucción de nuestros endebles fundamentos económicos y la leguleyada que favorece grupos de presión. Hay inflación, incipiente pero hay. Hay también incremento de decisiones controlistas. Hay deseos de manipular organismos reguladores. Hay un BCR con directores buena gente pero que no saben nada de Economía. Hay, agregadamente hablando, serios indicios que ingresaremos en un mal manejo económico. Y no son situaciones aisladas. La ausencia de crítica ha permitido que se pulverice a la anterior gestión del Instituto Nacional de Estadística e Informática INEI. A pesar de ser datos que están en poder del Banco Mundial y de Naciones Unidas, se ha mentido asegurandose que en la actualidad hay un 50% de pobreza y no 48%, para de esa manera favorecer las metas de reducción de las cifras de este gobierno. Eso me lleva a pensar que, lamentablemente, las cifras del actual INEI son por lo menos dignas de volver a revisar, pues no sería nada raro que se reediten actitudes de hace 20 años en que la manipulación de los índices correspondía a una suerte de mitomanía estadística.
Todo esto es muy lamentable. En menos de un año se ven signos de deterioro ya no sólo social sino también económico. Desafortunadamente la incapacidad, la ausencia de planes y la soberbia nos harán pagar una factura muy alta.
Juan Sheput