Un gobierno como el de Alan García, que se siente cómodo con individuos de la calaña moral de Alex Kouri o Rafael Rey, es obvio que se sentirá complacido de patrocinar una mesa directiva del Congreso como la conformada por Luis Gonzales Posada, Aldo Estrada y Torres Caro. Un gobierno como el de Alan García, que enarbola la bandera de la protección a un corrupto como Alberto Fujimori, y que lleva como vicepresidentes a dos defensores verbales del extraditable socio de Montesinos, es lógico que busque para la mesa directiva a gente de su mismo nivel. El problema por tanto no es la actitud del gobierno aprista. El problema es el resto, el conjunto de ciudadanos, los medios de comunicación, que con su permisividad están permitiendo que el país siga involucionando. Ante ello, ¿Usted, luego de los acontecimientos vistos en los últimos meses, se siente representado por el actual Congreso? o, focalizando el asunto ¿se siente representado por la actual Mesa Directiva del Congreso de la República? . Haber votado por un conjunto de representantes para que al haber perdido las elecciones generales se constituyan en la oposición, y asistir posteriormente al penoso espectáculo del intercambio de prebendas y favores con tal de ocupar un sillón en cualquiera de las presidencias afecta al régimen democrático. Es un robo de los votos, en el sentido político del término. Es una traición a las expectativas populares. Por eso es que los pueblos se rebelan, porque saben que no serán oídos y atendidos por un circo político en que la comicidad se une con la felonía y la traición. Por eso, por que la actual Mesa Directiva pinta de cuerpo entero y está cortada a la medida del gobierno de Alan García, es que el futuro se muestra con desesperanza. El primer gobierno aprista nos trajo a Fujimori y Montesinos. Ahora, con su histórica promiscuidad, degrada la jerarquía congresal con personajes que devalúan a la política. La pregunta es ¿hasta donde podemos descender? ¿hasta dónde nos llevará la involución que lidera irresponsablemente el partido aprista? ¿Dónde terminará el país ahora que el timón lo tiene la sinvergüencería que respaldan algunos funcionales formadores de opinión? La Política es muy importante. De ella depende la calidad de nuestras soluciones sociales y el marco legislativo. ¿Qué podemos esperar de personajes que canjean principios básicos por un simple y eventual sillón de cuero y un conjunto de gollerías? Nada, absolutamente nada. Sólo tenemos la seguridad de saber que, con esta representación nacional, seguiremos descendiendo.
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