viernes, 24 de agosto de 2007

La corrupción quiere correr por autopista a Ica

Es una idea equivocada pensar que los asuntos públicos van a tener mejor resultado si están a cargo de empresarios privados. Esa fue una idea que quiso instalar Fujimori, utilizada para desprestigiar a la política, a la luz del desastre que fue el primer gobierno aprista.
Claro que hay empresarios y empresarios. Hay personajes que distinguen al gremio y hay de los otros que acudieron al llamado fujimontesinista con el único fin de hacer negocios fáciles, a la mexicana, algunos de los cuales terminaron con indicios o condenados por graves delitos de corrupción.
En estos días anuncia el señor Alan García que un empresario, exitoso, se encargará de la reconstrucción causada por el terremoto en la región de Ica. Es un pésimo anuncio, inscrito en la línea de consejos que el fujimontesinismo o los aprovechados del primer gobierno aprista quisieran para la actualidad.
Otra señal negativa es el ataque a la Contraloría. Como bien ha dicho el congresista Carlos Bruce, la Contraloría jamás fue un obstáculo en los procesos de ayuda organizada que hubo en el gobierno de Alejandro Toledo.
Otra señal, aún más negativa, es la solicitud de apuro que algunos medios de comunicación proponen para las "leyes de reconstrucción". No creemos que la preocupación por los damnificados movilice a estos titulares sino más bien la grita de intereses económicos de empresas constructoras interesadas en convertir a Ica en una simple y sabrosa "unidad de negocio". Los proyectos de ley para " facilitar las expropiaciones de terrenos y así acelerar la construcción de la autopista Lima-Ica" presentadas por la señorita Verónica Zavala hay que mirarlos en ese sentido. Se sabe que antes del sismo, poderosos lobbies querían hacer cambiar de manos la concesión de dicha autopista. El terremoto le habría dado el pretexto a los que son devotos seguidores del estado mercantilista y patrimonialista.

Es posible reconstruir Ica con las instituciones pertinentes. Si estas no actuaron fue por responsabilidad del presidente García y su clara intromisión. Y la fiscalización debe estar presente de lo contrario la reconstrucción será un festín para los corruptos de siempre.
Y los empresarios deben mantenerse al margen del quehacer del Estado. Si quieren participar en él, sea quien sea, que lo haga como funcionario público para que se someta a la rendición de cuentas correspondiente.
Ante el vuelo de los gallinazos el Congreso debe estar más alerta que nunca: la corrupción quiere correr por la autopista a Ica