Jorge del Castillo respalda la decisión de Alva Castro de suspender la compra de patrulleros chinos. Ahora que el escándalo es evidente nuevamente se juega con la inteligencia de los peruanos. Lo que debería hacer el premier, si fuera coherente, es pedir una total investigación de una operación con graves señales de corrupción.
El segundo gobierno aprista, que en 13 meses ha roto el índice de escándalos de corrupción por mes, pareciera que está haciendo todos los esfuerzos por parecerse a su primera gestión. No basta con decir que se suspende la licitación escandalosa. Se tiene que investigar de todas maneras, por la Contraloría, el Ministerio Público y el Congreso de la República.
Se tiene que investigar, por ejemplo, porqué el presidente la llamó la operación más limpia y transparente de la historia.
Se tiene que determinar si es cierto que hubo bases amañadas, en una subasta inversa que fue un fraude total desde el primer día.
Se tiene que saber el porqué hay un representante de la minera Yanacocha ordenando posiciones en el proceso de licitación aún inconcluso tal como lo informa hoy la edición impresa de Perú 21.
Se tiene que saber el porqué de la ardorosa defensa del ministro Luis Alva Castro y del cierra filas de la bancada apristapara evitar la investigación.
¿Por qué? porque todo parece indicar que este escándalo es tan sólo la punta de un iceberg que peligrosamente se cierne sobre los recursos públicos. Está también el caso de las municiones. Y también de los equipos antimotines. Y también las raciones. El Congreso, como mínimo, tiene que investigar. Hay en ello una responsabilidad histórica. No se puede dejar avanzar un probable nuevo nacimiento de una república cleptocrática.
El asunto de los patrulleros chinos no ha acabado. Recién empieza. Se tiene que investigar hasta el final.
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