lunes, 13 de agosto de 2007

La Santa Palabra de "Chiquitín" Salazar


Con el rostro compungido y la voz temblorosa, es decir al mejor estilo staliniano, el Ministro Ismael Benavides ha pedido disculpas públicas. No quise decir lo que dije, fue, más o menos, el mensaje que quiso transmitir. En el recuerdo inmediato quedó el "valeroso ministro" que, horas antes, se enfrentaba al sistema aprista de gobernar y a la corrupción.

Hasta un ingenuo Daniel Abugattás se adelantó a felicitar al señor Benavides por su valiente gesto. Hubiera sido mejor que en lugar de felicitar, anunciara una comisión de investigación.

¿Qué recibió el señor Benavides a cambio de las disculpas ofrecidas al señor José Salazar? una serie de lisurotas que la prensa también perdona y califica de "campechanas". Palabras que de repente reflejan indignación pero también el estilo, repito, aprista de gobernar.

Ahora bastó su santa palabra, su yo no fuí, y unas cuantas lisurotas para que todos se queden tranquilos. No habrá investigación. Mucho menos fiscalización. No existe oposición.


Y ahora ¿quién se ocupará de las 2,000 vicuñas que fueron a parar a manos de una familia con graves relaciones con el narcotráfico? ¿quién se ocupará de los cinco millones de soles que indebidamente fueron a parar en manos de un fondo de garantía para importar úrea?


Obviamente nadie. Estamos en una situación de proto cleptocracia si no ya en una cleptocracia plena como en la época de Fujimori y Montesinos.


Licitaciones indebidas, sobrevaluaciones, nepotismo, óbolos sin control, créditos irregulares, compra de basura como patrulleros, doble vara para la fiscalización, abandono de la lucha contra la corrupción, copamiento, control de medios, ingreso de bancos de dudosa reputación ¿Cómo se le puede llamar a todo esto?


Y mientras tanto el país se dedica a cuestiones sin sentido, a mecedoras como el "pacto social".


Más indignación que "Chiquitín" Salazar sentimos los ciudadanos que vemos el nivel de deterioro al que nos está llevando el APRA, Alan García y Jorge del Castillo. Porque no vengan a decir que el premier es el contrapeso del presidente. De ninguna manera. Es su operador.


Bastó la santa palabra de Tula Benites para que ningún congresista la tocara y la olvidaran los medios de comunicación. Bastó con una cuantas groserías del señor Salazar para que igual, la prensa se olvide, de los graves indicios de corrupción.


Y en medio de todo esto si alguien tenía dudas que Ismael Benavides era un secretario más, pues creo que, después de este papelón, ya no las debe tener. No hay razón para creer que el señor Benavides tiene la categoría de un Ministro de Estado. Estamos seguros que el ministro que denunció el copamiento, el mal uso del Banco Agrario, de la farsa de "Sierra Exportadora" ya no existe. Su fantasma pena en el gabinete.