Una característica empresarial es la planificación no la improvisación. En entrevista reciente el señor Julio Favre aseguró que en cuatro meses entregaban el primer lote de casas en Pisco y que en menos de un año entregaban dos mil casas, todas ellas hechas por el sector privado. Ahora, cuando se da cuenta que tres semanas después ni siquiera han podido remover los escombros en Pisco el service de empresarios encargado de la reconstrucción dice que en dos años estarían entregando las dos mil casas en Pisco.
Es decir nuestros empresarios entran en contradicciones y errores de cálculo en menos de una semana. ¿Qué es lo que está pasando? ¿No qué eran los sumos pontífices de la eficiencia y eficacia? ¿A qué se debe esta contramarcha en la planificación de la construcción? ¿Será que cuando dio la declaración nuestro empresario estaba entre Pisco y Nazca? ¿No sería mejor encomendar la reconstrucción al todopoderoso "pacto social"?
Como curándose en salud, el señor Julio Favre, como saben flamante presidente del "directorio" de FORSUR, asegura que cumplirá siempre y cuando la burocracia se lo permita. Hasta donde tengo entendido la burocracia no ha asomado sus narices todavía y ya el "directorio" se equivocó en veinte meses respecto al plazo original.
Lo cierto es que la población de Ica sigue en estado de abandono. Siguen sin carpas, hospitales de campaña, alimentos, medicinas, escuelas ni comisarías. Lo que sí hay es planes, muchos planes para las empresas constructoras, que quieren hacer autopistas, aeropuertos, puertos lo que demuestra un total desenfoque social.
Lo más dramático es que es evidente el uso político que ha hecho el gobierno del drama de los damnificados. Y es evidente también la orden que ha impartido a diversos medios para que "no levanten el tema" que mostraría el nivel de abandono en que se encuentran nuestros hermanos iqueños.
Esperemos que FORSUR, la empresa, no termine con sus acciones a la baja en la bolsa de valores y principios del país.