Es primera vez que un ex presidente es extraditado por crímenes de lesa humanidad. No sucedió con Pinochet. Sucedió, al fin, con Fujimori.
Chile ha querido sentar un precendente histórico y no dejar dudas en que puede ser un buen referente cuando se encargue del Comité de Derechos Humanos en Naciones Unidas.
La defensa y el respeto de los derechos humanos es un valor de la post modernidad. Un valor al que algunos quisieran ignorar o minimizar.
Un valor que junto a la migración y al medio ambiente son pilares sobre los que reposa el futuro de la humanidad.
En ese contexto histórico la Justicia Peruana debe actuar.
No dejarse llevar por las presiones que de hecho, a través de los medios de comunicación amigos de Fujimori, se darán.
Allí los partidos políticos, con seriedad, y los organismos de la sociedad civil, sin pasión, deberán actuar.
¿Cómo?
Formando opinión, ante un pueblo desconcertado, que por sus múltiples dramas y como consecuencia de la deformación televisiva fujimorista, hasta ahora es fácil de manipular.
El sendero de la justicia recién empieza. Recién. Falta mucho por recorrer.
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