martes, 18 de septiembre de 2007

Malditos los que se aprovechen de una circunstancia así

Así hablaba Alan García en Pisco a tres días del terremoto. Días antes, según versiones del propio gobierno, calladito separaba al funcionario aprista Julio Espinoza Jiménez que en el Seguro Integral de Salud habría traficado con el dolor humano, sobrevalorando los precios de alimentos que jamás llegaron ni al Seguro Integral ni a los damnificados.
Alan García movilizaba a la opinión pública mientras en paralelo acallaba un gravísimo delito que luego un sector de la prensa descubrió y que los los operadores del gobierno intentan acallar pues alcanzaría a los más altos niveles del régimen.
Recordemos sus palabras de ese día: "Eso me parece mal, me parece pésimo. Malditos sean los que quieren aprovecharse de una circunstancia así, malditos los que suben el precio de los pasajes o de las velas, los alimentos o las medicinas. Eso es antipatria, eso es aprovecharse de la desgracia humana, no tener corazón ni tener a Cristo en el alma", dijo García Pérez.
Hace pocos días, el hermano cargador del Señor de los Milagros, que hoy -contradictoriamente- ataca al Estado Vaticano, es decir Don Alan García Pérez, renegaba de los que no tienen a Cristo en el alma. Al mismo tiempo silenciaba la crítica al militante aprista propietario de la empresa Soyuz Don Lastenio Morales que subía los precios de los pasajes, y al corrupto funcionario del SIS a cargo de su amigo el también aprista Carlos Vallejos encargado de la cartera de Salud.
Hemos olvidado rápidamente, por responsabilidad de una oposición sin talla y de una prensa mayoritariamente sumisa, que se han cometido gran cantidad de hechos irregulares, en catorce meses como nunca en la historia del Perú político.
Estos hechos no se hacen sentir -todavía- porque hay muchos recursos que, obviamente, Alan García ha encontrado no generado.
Pero en los textos de teoría sobre la corrupción se explica, con detalle, como la mezcla de corrupción e ineficiencia van colapsando sietemáticamente, primero los servicios públicos y luego la economía.
La pregunta es ¿Está pasando eso en Perú?
ESSALUD recibe quejas porque no hay citas hasta el próximo año. ¿Y las inversiones que se anunciaron hace un año, con bombos y platillos? ¿Dónde están?
En el Ministerio del Interior no se pueden comprar patrulleros hasta ahora, con el consiguiente costo social, y lo que se compra (pertrechos antisubversivos) se compran sobrevalorados.
En el Ministerio de Transportes se "acusa" a Telefónica y Nextel del colapso telefónico y no se menciona a Claro, que también colapsó, entidad que tendría muy buenas relaciones con abogados apristas.
En el Ministerio de Trabajo no se sabe en qué se han gastado las multas cobradas aceleradamante a los empleadores y se ha hecho del clientelismo y del copamiento aprista en los programas sociales una práctica habitual.
En el Ministerio de Salud se infecta a los pacientes de VIH, se les acusa de sobrevaloración en compras de medicinas y se hacen extrañas campañas de vacunación sin sustento. Se compra, en medio de una desgracia, alimentos sobrevalorados con conocimiento del ministro y se pretende enviar esto al olvido con el sacrificio de un funcionario de segundo nivel, todo un clásico del gobierno aprista. Un elemento que pinta de cuerpo entero el nivel de falta de vergüenza al que puede llegar este gobierno son las declaraciones de Carlos Vallejos a propósito de las 250,000 raciones que "compró" el SIS y que La República recoge con extraña generosidad "en Pisco nadie se murió de hambre".
En el Ministerio de Educación, el socio de Hernán Garrido Lecca, José Antonio Chang, ordena a boutiques y peluquerías que refaccionen colegios, sobrevalora precios de libros y manda comprar también, con sobrevaloración, miles de computadores "laptops".
En el Ministerio de Vivienda, el socio de Jaime Carbajal Pérez, Hernán Garrido Lecca, compra contenidos en medios de comunicación y se hace abuso de los decretos de urgencia para entregar licitaciones a dedo.
Nadie controla los gastos, sin límite, de PETROPERU, empresa que bien merecería una urgente auditoría y gran drenaje de recursos fiscales.
En el supremo gobierno se pide óbolos a empresas mineras en lugar de plantear un clarísimo y contundente impuesto a las sobreganancias.
Y así por el estilo. Hay, por supuesto, muchas acciones incorrectas más, son tantas que abruman, se necesitarían cinco contralorías más para poder supervisar, en algo a este gobierno.
No hay forma, salvo políticamente, de hacer el seguimiento a la protección de este gobierno al fujimontesinismo. El envío de un expediente, a última hora, a Chile podría dilatar la extradición de Alberto Kenya Fujimori. Está también la presencia de Agustín Mantilla, su prescripción, etcétera, etcétera.
Lo lamentable es que muchas de las organizaciones o personajes nombrados, son engreídos de los medios de comunicación.
¿Por qué será?
¿Subsistirán los mecanismos fujimontesinistas de compra de querencias mediáticas?
No hay pero ciego que el que no quiere ver.
Así de simple.