Nos sorprende la falta de pericia política del jefe del gabinete Dr. Jorge del Castillo. Desde el momento que anuncia que la totalidad del gabinete está en evaluación, hace que, conociendo la realidad burocrática peruana, el país entre en una parálisis funcional significativa.
Si un ministro está en evaluación va a ser muy difícil que tanto él como su equipo y los burócratas que los acompañan tomen decisiones. Nadie quiere asumir acciones que provienen de un ministro que podría salir del despacho. De allí la poca seriedad del asunto, que por querer salvar a un par de ministros ha terminado por complicarle la vida a todo el gabinete.
Los cambios ministeriales no se deben preanunciar como ha hecho el premier Jorge del Castillo. Para evitar problemas simplemente se hacen. En estos momentos tenemos ya a un grupo de ministros inmovilizados por la evaluación y que por el ansia de quedarse en el puesto han ingresado en una vorágine declarativa complicando la situación política y confundiendo aún más al país.
Ahora estamos sumergidos en el mundillo de la política declarativa.
Todos declaran. Todos quieren hacerse notar. Los ministros y los que desean serlo. Por ejemplo es notorio el despliegue de David Lemor y Alfredo Ferrero, ex ministros de Alejandro Toledo. También el lobby que viene haciendo para el Interior otro ex ministro del gobierno pasado, me refiero a Rómulo Pizarro.
Pero hay un asunto más importante. El premier, con una absoluta falta de humildad, habla que los ministros están en evaluación, pero el no se pone por delante.
El premier Jorge del Castillo debería haber declarado, los ministros NOS encontramos en evaluación permanente por el presidente García. Pero no lo ha dicho así. Se ha excluído, con lo cual sería el primero en demostrar sus ansias de quedarse en el gabinete.
En fin. Esperemos que esta situación culmine cuanto antes. La ineficiencia, la corrupción y la ineptitud son símbolos del actual gabinete. Esto debe acabar. El problema está en que si hay alguien que quiera trabajar con Alan García.
Por lo pronto ya se anuncia rotaciones más que cambios. Gatopardismo en el gabinete. Tu vas para allá y tu para acullá. El viene aquí y tu vas allí. Más de los mismo como sucede en los ministerios del Interior y en Salud donde tras las denuncias gravísimas de corrupción nadie ha salido, sino que han sido rotados.