Acompañada de la alta funcionaria de seguros Caridad de la Puente, el señor Luis Carranza, encargado de Economía y Finanzas, dio declaraciones sobre las nuevas políticas empresariales que va a adoptar como propias el gobierno de Alan García. Muy solícito, en el medio del patio de Palacio como símbolo de los tiempos actuales, el banquero Luis Carranza cedió la palabra a la funcionaria privada del Grupo Wiese e ING -Seguros INVITA- Caridad de la Puente.
Se confirma así con la realidad la última encuesta de la Pontificia Universidad Católica, que dirige Fernando Tuesta, en el sentido que el 73% de los encuestados piensa que los empresarios influyen en las decisiones de gobierno. Se comprende, también así, el porqué más del 80% de encuestados está contento con Alan García según el Barómetro de la Universidad de Lima.
Pero hay otros puntos. El señor Luis Carranza pone como ejemplo el "boom inmobiliario" que se vive en España como factor a imitar y como justitificativo de la presencia de la señora Caridad de La Puente. Trafica con el desconocimiento generalizado el señor Carranza. La "economía del ladrillo" que es como se conoce al falso boom o "auge inmobiliario", es ampliamente criticada porque ha hecho descender a España en el ranking de competitividad, en el ranking de economías más grandes, en inversión en I+D, en innovación. Los perjudicados han sido sobre todo los jóvenes porque se ha determinado que el crecimiento basado en "ladrillos" y consumo no ayuda al desarrollo. Mientras Europa (empezando por la vecina de España, Portugal) van por la senda de la educación, la innovación, el desarrollo tecnológico, Carranza, empleado en licencia del BBVA Banco Continental, defiende la política privada de sus empleadores españoles, lucrativa pero no desarrollativa.
En fin. En las próximas horas seguro que los chicos del IPE que dirige Fritz Dubois emitirán un reporte felicitando por esta política pública. Así es. No es que gran parte del empresariado influya en el gobierno de Alan García: simplemente lo ha capturado.