jueves, 8 de noviembre de 2007

Persecución a opositores

Janet Cajahuanca es una congresista nacionalista que ha demostrado entereza y solidez para enfrentar al gobierno de Alan García. Sus comentarios siempre han sido sólidos y estructurados, configurando un espíritu opositor que escasea en el Congreso. Como es un personaje incómodo, obviamente había que descalificarla. No me voy a referir a los motivos de la descalificación porque para eso abunda la prensa que le hace el juego al gobierno. Me referiré a lo extraño que significa que, al igual que en el fujimontesinismo, el blanco de las unidades de investigación periodísticas sean los opositores y no los altos funcionarios de este gobierno que tienen serios indicios de corrupción y que manejan fondos públicos.
¿Por qué, por ejemplo, no se investiga el caso de destrucción del hogar de un militante aprista a cargo del señor Alan García Pérez? ¿por que es un asunto privado? ¿y no era privada la vida del presidente Alejandro Toledo con quién se metían sin ninguna prueba? ¿qué es lo que silencia a la prensa con la inmoralidad cometida por el señor Alan García, inmoralidad que tendría precedentes? ¿La presión? ¿el miedo? ¿la mermelada?
¿Por qué no se investiga los gastos excesivos de PETROPERÚ donde se encuentra el gran amigo de Hernán Garrido Lecca el señor César Gutiérrez?
¿Por qué no se investiga el accionar sinuoso de la célula parlamentaria aprista con más de un caso de corrupción como el de la señora Tula Benites o el SIS? ¿Por qué no se investigó profundamente el caso de los patrulleros a la firma MANASA, en la cual estarían involucrados altos funcionarios del actual gobierno? Y podríamos hablar de muchísimos casos más que se silencian en la prensa y en el Congreso. Para estos casos la prensa no tiene tiempo. Pero si de descalificar a los opositores se trata, al igual que en el fujimontesinismo, por supuesto que sí hay tiempo.
No se trata de tapar las incorrecciones que puedan cometer algunos miembros de la oposición. De lo que se trata es que la prensa trate con equidad y que deje de apañar con su silencio cómplice los innumerables indicios de corrupción que han hecho que el 91% de la población limeña la perciba como una corrupción alta o muy alta.Altísimo índice que, como era de esperarse en los tiempos actuales, para la prensa no existe.
Y de manera ridícula un blog de izquierda que se llama capitalistamente New PUM llama a la señora Cajahuanca "la Cajahuanca" como llamaban a la señora Canchaya "la Canchaya", con un trato despectivo que esta izquierda hipócrita se reserva solo para las militantes de nuestro Perú Profundo.