Con su actitud de vetar de cualquier mención en la ceremonia al ex presidente del Perú Alejandro Toledo, el Dr. Alan García le recordó a la administración Bush que el Perú, en sus manos, aún se comporta como una república bananera. Se, por muy buena fuente, que hasta el final la administración Bush quiso incluir en la ceremonia por lo menos alguna mención al estupendo papel que jugó -y juega- el ex presidente Alejandro Toledo en la relación con los Estados Unidos. Pero el Dr. García no quiso, así de simple. No nos sorprende. Sabemos que él no es un estadista sino una persona afortunada que en sus dos gobiernos dilapidó la herencia que le dejaron sus antecesores.
Lawrence Harrington decía que el subdesarrollo es un estado de la mente. Nada más cierto. Se puede tener dinero y actuar como un perfecto subdesarrollado. Así lo hacen vecinos nuestros en el Norte y en el Sur. Así se actúa, de cuando en cuando, por estos lares.
Pero la ceremonia en Estados Unidos me ha hecho recordar otra situación, también en tono anecdótico. Cada vez que el ex presidente viajaba y hablaba en perfecto inglés en el extranjero ( o en cualquiera de los otros idiomas que maneja, francés o alemán por ejemplo) la prensa que hoy adula sin escrúpulos a García, criticaba a Alejandro Toledo. ¡ Qué hable en su idioma ! ¡ él nos representa, qué hace hablando en otro idioma ! eran algunas de las frases acomplejadas que se escribían o decían por aquí. Ahora, cuando se ve que el Dr. Alan García, en su justo derecho de querer demostrarnos que ha tomado clases aceleradas de inglés, mastica dificultosamente un texto escrito en la lengua de Bush, aquí, en Perú, no se critica nada. No hay problema, quería sentar la comparación, nada más. Seguramente la millonada que están recibiendo los medios de comunicación por propaganda los lleva a actuar, vergonzosamente, con mucha cautela y silencio.