domingo, 23 de diciembre de 2007

Hillary Clinton se desploma en las preferencias demócratas

¿Saben por qué? no sólo por la soberbia demostrada sino por haber votado por el Tratado de Libre Comercio con el Perú lo que le ha valido que las centrales sindicales, muy poderosas en Estados Unidos, le quiten su apoyo.
Hillary demostró soberbia. Cuando se vio con varios puntos de ventaja sobre sus opositores Barack Obama y John Edwards, dijo que iba a priorizar la batalla por la Casa Blanca, a nivel nacional, sin haber ganado las primarias. Posteriormente, luego de oponerse a las firmas de los tratados de libre comercio con Panamá, Perú y Colombia, se puso del lado de Bush y firmó el tratado con nuestro país. Esto le ha valido críticas por una cuestión de caracter. Esto generaría presiones norteamericanas hacia los tratados en el caso que las elecciones las gane un demócrata como todo parece indicarlo. Es por ello que es prioritario que se inicie la implementación de medidas en relación al TLC con los Estados Unidos, pero consensuadas y con participación activa del Congreso peruano.
Leamos el interesante reportaje del diario El Tiempo de Bogotá sobre el tema:

A Hillary Clinton se le esfuman los votos, hoy ya está empatada con Barack Obama

Hace meses, la senadora y ex primera dama de E.U. no solo tenía asegurado su tiquete para representar al Partido Demócrata en las presidenciales del del 2008, sino hasta un pie en la Casa Blanca.
Tanto, que la propia Hillary, en un acto que muchos consideraron arrogante, anunció que se concentraría más en su campaña nacional -de cara a la contienda con los republicanos- dejando a un lado el énfasis en las elecciones primarias, dada la poca competencia plantead por sus rivales.
Hoy, a solo 11 días del 'caucus' de Iowa, y a 15 de la primaria de New Hampshire -inicio formal de la batalla por la nominación de los partidos-, la historia de risa se ha convertido en drama.
De acuerdo con la últimas encuestas de Zobgy, CNN y The Washington Post, la ex primera dama ha caído al segundo lugar frente al senador afroamericano Barack Obama en Iowa, y está en un empate técnico con este y el ex senador John Edwards en New Hampshire.
Una caída impresionante si se tiene en cuenta que en octubre los superaba a ambos por 11 y 18 puntos, respectivamente.
Aunque Hillary sigue encabezando el grupo demócrata a nivel nacional, su ventaja también se ha ido evaporando. Ahora, por ejemplo, solo supera a Obama por 8 puntos, cuando hace pocos meses alcanzó a sacarle casi 15 de ventaja.
De acuerdo con el estratega político Ralph Reed, lo grave para la ex primera dama y hasta ahora consentida del establecimiento demócrata es que una derrota en Iowa o New Hampshire podría traducirse en una bola de nieve que sepultaría sus aspiraciones.
"Sería inexplicable que con todo el apoyo del partido y la enorme fortuna que ha gastado en su campaña terminara perdiendo. Sería un voto de desconfianza que resonaría fuerte en los otros estados (más de 20) que realizarán sus primarias a comienzos de febrero", comenta el analista. ¿Qué le pasó a Hillary en estos dos meses? es objeto de intenso debate y ya ocupa un lugar en la historia de los procesos electorales en E.U.
Víctima de sus errores
Un grupo más tradicional de analistas opina que la larga campaña -que se inició en febrero de este año- y su mote de "favorita" a lo largo de 10 meses generaron un gran desgaste.
Obama y Edwards, además, pasaron de una campaña concentrada en el posicionamiento frente a temas fundamentales, a otra en la que el objetivo central era atacar y destronar a Hillary. Especialmente -dice Howard Kurtz, del Washington Post- cuestionando fallas en su carácter. Pero también hay consenso en que Hillary ha sido víctima de sus propios errores.
Una parte de ellos han emanado de su récord en el Senado y votos recientes en los que terminó respaldando, nada más y nada menos, que al enemigo común: la administración de George W. Bush.
De entrada, porque es la única entre los candidatos con opciones que ha dicho 'sí' a la impopular guerra en Irak y a los fondos para financiarla. Pero, además, porque se alineó con los republicanos hace dos meses cuando respaldó una resolución que declara terrorista a la Guardia Republicana de Irán solo para ver, poco semanas después, cómo los mismos informes de inteligencia del país indicaban que Teherán abandonó en el 2003 las intenciones de construir un arma nuclear.
Discurso ambivalente
Otro voto que le costó puntos entre las bases del partido fue su apoyo al Tratado de Libre Comercio con Perú, que rechazan la mayoría de las centrales obreras.
La sensación de que Hillary es ambivalente -primero a favor luego en contra- quedó cimentada durante un debate el 30 de octubre pasado en la Universidad de Drexel, en Philadelphia. Preguntada sobre si apoyaba una propuesta que pretendía otorgar licencias de conducción a ilegales en el estado de Nueva York, dijo primero que sí, y luego, 30 segundos después, que no.
Para rematar, se ha desatado una gran controversia por supuestas "preguntas sembradas", durante sus intervenciones públicas. Primero en New Hampton, Iowa, entró en cólera cuando uno de los asistentes le pidió que explicara su reciente voto sobre Irán.
"Es obvio que alguien le envió esa pregunta", le dijo, provocando una respuesta igual de iracunda del participante. Luego fue al revés, cuando un estudiante de la Universidad de Grinnell, también en Iowa, confesó que asesores de Hillary le habían pedido hacer una pregunta sobre medioambiente para que ella se pudiera extender en sus credenciales.
Para coronar sus desgracias, fue filmada mientras se tambaleaba entre cuatro banderas estadounidenses que la envolvieron gracias a un fuerte viento.
"Hillary tuvo un par de pésimas semanas y eso le dio la oportunidad a todos de volver a montarse en la carrera", dice Joe Trippi, que trabaja para la campaña de Edwards.
Por supuesto, y pese a todo lo acontecido, las aspiraciones de la senadora de alcanzar la Presidencia en noviembre aún están muy vivas. Si gana al menos una de las dos citas, Iowa o New Hampshire, lo más probable es que consolide su candidatura en el super martes del 5 de febrero. Pero también es prueba de que en esta larga e impredecible campaña electoral cualquier cosa puede pasar.