Recuerdo una campaña navideña pasada en Bogotá. En ella la Superintendencia de Industria y Comercio advertía a través de una serie de mensajes en radio, prensa escrita y televisión sobre los peligros de endeudarse, más aún con tarjetas de crédito.
Otra entidad, de la sociedad civil, también en los medios de comunicación señalaba de los engaños en que incurren los comerciantes cuando ofrecen ventas al crédito, en 12;24;36; 48 cuotas con las cuales uno termina pagando por la prenda 5 ó 6 veces más.
El propósito era educar al pueblo, que es el que más fácil cae y más sufre después, con estas campañas navideñas.
Ahora que veo a la gente enloquecida por comprar o deprimida porque no pueden regalar, lamento que en nuestro país, no exista una institución que oriente a la ciudadanía sobre los peligros de estas campañas navideñas y sobre los engaños en que incurren permanentemente las grandes tiendas chilenas.
¿Y los congresistas? Ni pensar en ellos. ¿No notan que ni uno sólo se ha pronunciado por la invasión económica chilena de nuestro país?