Es muy cierto lo que dice el presidente Alan García, de seguro mirándose al espejo, respecto a que quiénes hablan con ligereza de la devolución de los aportes al FONAVI son "politiqueros". Él lo hizo sistemáticamente, durante la campaña electoral, engañando al auditorio de fonavistas que lo vitoreaba y votó por él.
Ahora el señor García pontifica sobre el tema, tratando de vendernos la idea que es un estadista. Nada mas lejano de la verdad. Si el señor García tiene 29% de popularidad es por obra y gracia de una prensa mayoritariamente dócil, amaestrada por los fondos de publicidad que ha decidido servir de comparsa, vergonzosamente, de los actos incorrectos en que incurre permanentemente este gobierno.
Luego invoca al JNE, donde está su compañero de carpeta el Dr. Enrique Mendoza, y al Tribunal Constitucional a que se pongan de acuerdo cuando lo evidente es que el propio García ha incentivado este desencuentro.
El objetivo es distraernos del desastre en que se ha convertido la seguridad ciudadana en el país por obra y gracia de los mantillistas y apristas que copan el Ministerio del Interior donde funge de pantalla Luis Alva Castro.
Con gran cobardía el señor Alva Castro le echa la culpa a pobres policías que no pueden hablar porque han sido asesinados. Expresó, en conferencia de prensa, que la culpa fue de los policías "pues no cumplieron las normas de seguridad".
A su turno el señor Alan García dijo más o menos lo mismo cubriendo la falta de profesionalismo y desconocimiento de Alva Castro y anticipando una broma del día de Inocentes. En efecto García dijo que "El fondo del asunto es que este es el primer gobierno que está atacando severa y seriamente al narcotráfico. Hasta ahora jamás se tocó el tema del lavado de activos, ni se dejó circular el dinero negro sin oponerle resistencia". Tragicómica broma de Alan García. Es todo lo contrario.
Pobre país. Ha caído en manos de la politiquería y la corrupción.