Llegamos a Bogotá el 29 de diciembre, invitados por unos amigos a recibir el Año Nuevo. En la capital colombiana, a diferencia de otras ciudades del mundo, la recepción del nuevo año es sumamente tranquila, sin fiestas, con una cena en casa.
La noticia del día era la liberación de dos rehenes, Clara Rojas y Consuelo Gonzáles, y el hijo de la primera,Emmanuel, fruto de la relación de aquella con un guerrillero de nombre desconocido.
Esta noticia desplazó en el ámbito colombo-venezolano a otras noticias también dramáticas como el asesinato de Benazir Bhutto. Habían grandes expectativas en la liberación, la cual estaba planteada para el 31 de diciembre, sin embargo esta jamás se dio. A la fecha ya hay un sentimiento generalizado que las FARC, una vez más, se están burlando de todos, garantes, familiares, países y están obteniendo a cambio una explosión mediática que obviamente ayuda a sus perversos fines.
Los colombianos dicen por ello que el fin de año ha sido tristre. Así lo confirma la velada del 31 y las conversaciones en esos hermosos y sobrios cafés bogotanos de las horas posteriores.
Coincido en lo que se dice en los medios de comunicación y en las calles: las FARC se están burlando de todo el mundo, incluído Hugo Chávez.
Este grupo criminal ha sido capaz, en el pasado de secuestrar a delegaciones negociadoras (por eso no se quiere negociar) y de asesinar en su huída a los raptados como sucedió con 9 diputados secuestrados hace 2 meses. Las FARC ocupan casi un tercio del territorio colombiano y tienen en su alianza con la droga su principal fuente de financiamiento y abastecimiento de modernas armas.
Bogotá, la hermosa y culta capital colombiana por ello está tristre. Nosotros compartimos su tristeza, esperanbdo que el drama de todos los secuestrados sin excepción se soluciones a la brevedad.