jueves, 17 de enero de 2008

Reacciones en Chile ante demanda peruana en La Haya

Escuchaba en la mañana al diputado Jorge Tarud señalar, una vez más, que el presidente García había iniciado una acción contraria a lo prometido al gobierno chileno. Minutos después, se presentó en la misma radio CPN el canciller José Antonio García Belaunde y -una vez más- no desmintió categóricamente el tema.
Independientemente de lo forzada de la actuación de García, que la prensa amiga intenta colocar como gran decisión histórica, lo cierto es que nuestra demanda en La Haya ha generado reacciones negativas en Chile. En buena hora. Están tocados. Lo lamentable es que, mientras aquí se insiste en negar la evidencia del deterioro de la relación -pues nos autoengaña y hace descuidar la estrategia- en Chile se señala que la demanda peruana afectará definitivamente la relación bilateral.
Es así que en el ámbito político el mismo diputado Tarud indica que Chile debería presentar una enérgica nota de protesta a Perú. Pero no sólo él ha manifestado su desagrado. También Patricio Walker, Soledad Alvear, Camilo Escalona han manifestado diversos conceptos que van desde que esta "actitud" peruana afectará la relación entre los países, que se vive un nuevo momento y que Chile "está preparado".
Un académico de la prestigiosa FLACSO, Claudio Fuentes, ha señalado desde la academia, que la demanda peruana afectará la relación bilateral.
¿Y por aquí como van las cosas?
Pues se insiste en tonterías como chauvinismos, que no pasa nada, que no hay nada que temer. Lo mismo se decía hace 130 años y ya sabemos que pasó. Lo real, es que debemos manejar varios escenarios, como valientemente ha señalado el General Roberto Chiabra. Y eso pasa por fortalecer, decididamente nuestras Fuerzas Armadas, a la par que el crecimiento de nuestra economía. Como siempre, cuando un peruano habla en tono enérgico se le tilda de chauvinista. Periodistas, ministros y parlamentarios apristas salen al ataque a descalificar a nuestros compatriotas. Sin embargo cuando lo mismo se hace en Chile, los sureños califican de serias y patrióticas sus exigencias y demandas. Y después dicen que no hay intromisión chilena en los medios de comunicación, la economía y la política.