Competitividad de Exportaciones bajó desde el 2005

Durante el primer año y medio del actual gobierno el sector exportación ha perdido competitividad. Así lo demuestra un informe de ADEX que señala que desde el año 2005 a la fecha el índice ha caído en 5,9%

En el 2007 pérdida de competitividad en exportaciones totales fue de –5,9%

A pesar que en las últimas semanas diversos sectores han tratado de minimizar los efectos de la caída del tipo de cambio, un estudio realizado por la Gerencia de Estudios Económicos de la Asociación de Exportadores (ADEX) revela que en el 2007 las exportaciones totales experimentaron una pérdida de competitividad de –5,9%, respecto a diciembre del 2005, a raíz de la devaluación de la moneda estadounidense, lo que significa que el precio de exportación de los productos peruanos se encareció, en similar porcentaje, en comparación con nuestros principales países competidores. Esta situación podría agravarse en el 2008 puesto que cifras preliminares estiman que en enero ese porcentaje aumentaría a 6,8%, debido a que –a pesar de las intervenciones del Banco Central de Reserva (BCR)– en la víspera la divisa verde llegó a uno de sus niveles más bajos, incluso, inferior al registrado en 1998 (S/. 2.905), y cerró en S/. 2.885.Ante ese panorama, José Luis Silva Martinot, presidente de ADEX, volvió a exigir la intervención del Ejecutivo, toda vez que se trata de un problema que afecta no solo a los exportadores, sino también a la economía del país en su conjunto. “Al ver las noticias resulta fácil apreciar que no se trata de un problema exclusivo del Perú, y vemos también como en países como Chile y Colombia se han tomado las medidas correctivas necesarias para no perjudicar a los empresarios. En nuestro caso, no se trata sólo de los exportadores, es un problema para todos los sectores económicos, pero con mayor incidencia en la agroindustria y en las pequeñas empresas”, refirió.

Lo que dice el INCCA

Con ello, a los efectos negativos de la caída del tipo de cambio, revelados por los propios empresarios en la encuesta realizada por el gremio exportador (96,71% de las empresas se vio afectada por la devaluación del dólar) se suman los resultados negativos del Índice de Competitividad Cambiaria (INCCA) que no hacen más que corroborar la pérdida de competitividad en diferentes sectores productivos.
Según informó el titular de ADEX, dos de los sectores más perjudicados fueron el sector Minería No Metálica y el sector Agroexportador, con una pérdida de competitividad cambiaria de –6,7% y –4,1%, respectivamente. A ellos le siguieron: Pesca con –3,7%; Prendas de Vestir con –3,3%; Productos Químicos con –2,6% y el sector Maderas con –1,6%.

El líder exportador explicó que la medición se realizó en comparación con los principales países con los que competimos en diferentes sectores (agro, confecciones, minería no metálica, metalmecánica, químicos, pesca, textil, siderurgia y pesca) entre los que, dependiendo del sector y del producto, destacan: China (–1,8%), Estados Unidos (–11,6%), México (–12,5%), Pakistán (–4,7%), Corea del Sur (–3,7%), Japón (–11,4%), Hong Kong (–13,0%) y Ecuador (–13,0%). Indicó que la información preparada por la Gerencia de Estudios Económicos del gremio exportador también reveló los efectos de la caída del INCCA en las exportaciones tradicionales y en las no tradicionales, en las que la pérdida llegó a –6,4% para las primeras y a –4,4% para las últimas.

Más aún, el propio Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITRC) del BCR, que compara el valor real de nuestra moneda con la de nuestro compradores y proveedores también, coincide con el INCCA al señalar que hay un pérdida de competitividad, en este caso, –4,0%.

Efectos en los costos

ADEX también presentó el Índice Referencial de Costos Nacionales del Exportador, que mide la evolución de los principales costos nacionales del exportador medidos en dólares, tales como el de los combustibles, energía eléctrica, agua, servicio telefónico y mano de obra. El estudio devela que en este caso en particular, hubo un incremento de 77,1% –en promedio– para los principales costos nacionales para las empresas, en comparación con los costos de 1998, año elegido para el estudio del gremio porque ese año el tipo de cambio estaba en los niveles de ahora. (S/. 2.90 aproximadamente).
Así, basándose en dicho índice se comprueba que la combinación de los incrementos de los precios de los combustibles (290,6%), remuneración mínima (56,9%) y tarifas públicas (21%, en promedio) con la caída de la caída del tipo de cambio, terminan por afectar negativamente los costos y la competitividad de las exportaciones peruanas.
“Mientras que los empresarios realizan esfuerzos por mejorar la productividad, la Gestión de Costos se ve obstaculizada por el incremento de sus principales costos nacionales”, afirmó.

Respuesta a las críticas

En respuesta a quienes desestimaron las medidas propuestas por ADEX, indicando que los exportadores deben buscar nuevos mercados para paliar la caída del tipo de cambio, Silva Martinot manifestó que además de diversificar los destinos de sus productos, los empresarios están utilizando diversas herramientas para que las consecuencias negativas sean menos desastrosas para las empresas, pero hace falta que el gobierno acompañe ese esfuerzo.“A pesar de ser una medida de largo plazo, los exportadores estamos diversificando nuestros mercados, no en vano, Estados Unidos comenzó a perder peso como destino de nuestros productos, sin embargo no se puede desarrollar nuevos mercados cuando la competitividad cambiaria es inestable, y, sobre todo, cuando muchos otros países negocian en dólares. Además, haber dejado solo al BCR en el manejo de la política cambiaria y subestimar los movimientos especulativos de capitales, han sido dos errores que no se debieron cometer, pero estamos a tiempo de corregirlos”, apuntó.

En ese sentido, José Luis Silva volvió a invocar al Ejecutivo para que de manera conjunta, empresas y Estado, encuentren solución al problema del tipo de cambio, para no correr el riesgo de que el difícil panorama de este año se prolongue al 2009, porque de ser así, “la capacidad de las empresas para resistir a ese tipo de dificultades podría llegar al límite, y como las medidas para mejorar la competitividad de las empresas son a mediano y largo plazo, se requiere de acciones inmediatas para no poner en riesgo miles de puestos de empleo”, finalizó.