En su gran mayoría, la prensa peruana ha reaccionado con dureza a la corrupta votación que libró momentáneamente de la acusación constitucional a la señora Tula Benites. Sendos editoriales del diario El Comercio, La República (que coinciden en el uso del despectivo "otoronguismo") y Perú 21 en la pluma de Augusto Álvarez Rodrich expresan su crítica a una forma deleznable de hacer política y dan cuenta de la oportuna reacción del Jefe de Estado quien, según El Comercio, "habló alto y fuerte para llamar a disciplina a sus correligionarios".
Coincidiendo con estas posiciones editoriales en lo medular, la corrupta votación, discrepamos en el papel que le cupo en este vergonzoso hecho al presidente García.
Según los editoriales, tanto de El Comercio como de La República, Mauricio Mulder tuvo gran responsabilidad -y culpa- en todo esto. Nos parece exagerado. Se olvidan de un protagonista mayor. No se habla de quien fue el verdadero causante de esta vergonzosa performance del Congreso: el presidente Alan García.
Mauricio Mulder, que sepamos, no le debe favores al Poder Judicial como sí otro personaje. Por tanto si "blindaba" a Tula Benites, era por disposición superior, iba al sacrificio, para hablar en el mismo tono del gran filósofo aprista Agustín Mantilla.
Mauricio Mulder cumplía órdenes. Si no sabe identificar los límites de la lealtad partidaria eso es otra cosa. Demostraría que, como Secretario General del PAP, es un correcto militante del APRA.
Tenemos información política que fue el propio presidente García quien hasta el último momento ha solicitado el blindaje aprista a Tula Benites. Hay varios hechos que abonan en favor de esta circunstancia. La célula parlamentaria aprista es históricamente sólida en su votación. Esa actitud, la del comportamiento disciplinado, es el principio rector que impuso Haya de la Torre al predicar que el Congreso era el principal poder del Estado. No olvidemos que fue García quien desde un principio abogó por ella según recordáramos en una entrada anterior. Por tanto si la bancada oficialista protegió a Tula Benites fue por que era la consigna partidaria.
En ese sentido la caricatura de hoy de Carlín, en La República, retrata la realidad con mayor precisión y agudeza que los editoriales. La presentamos a continuación para deleite de nuestros lectores:
Sin mayores comentarios.
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