El Papa está adolorido por la muerte de su gran amigo. Las coincidencias entre ambos eran notorias. Colombia también está de duelo. El Mundo Católico también. Luego de una visita por demás exitosa en Estados Unidos el Papa se enfrenta a la cruda realidad del fallecimiento de su hermano. Leamos la nota de El Tiempo de Bogotá sobre la partida y sepelio del Cardenal López Trujillo.
Durante su visita a la ciudad de Nueva York, el Sumo Pontìfice dedicó sus oraciones al cardenal y manifestó la pena que le causó la pérdida de quien presidió el Consejo Pontificio para la Familia.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que Benedicto XVI lo destacó como un gran defensor de la institución familiar.
Precisamente por eso, cuenta monseñor Fabián Marulanda, secretario general de la Conferencia Episcopal, Benedicto XVI lo ratificó como cabeza de ese tema en la Iglesia.
De hecho, el Papa, desde el comienzo de su pontificado, planteó que la familia, la vida y la educación "no serían negociables bajo ninguna circunstancia".
El cardenal López Trujillo se había desempeñado en esos temas de manera sobresaliente desde el 8 de noviembre de 1990, cuando el Papa Juan Pablo II lo nombró.
Quienes lo conocieron dicen que gozaba de una inteligencia privilegiada para "aprender y recitar de memoria" documentos y legislaciones que estaban en proceso de estudio sobre la familia, la vida y la bioética.
Esa inteligencia, cuenta monseñor Iván Marín, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, le sirvió para discernir y debatir sobre las corrientes que había detrás de todos los postulados que replanteaban la institución familiar formal.
Eso llevó a que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI depositaran su confianza en López Trujillo.
Monseñor Marulanda recuerda que cuando el Papa Benedicto XVI hizo su saludo en la Asamblea del Pontificio Consejo para la Familia, hace pocos días, dijo: "Dirijo un pensamiento afectuoso al querido cardenal López Trujillo, quien guía este dicasterio con pasión y competencia". Él no pudo asistir porque ya estaba enfermo.
Monseñor Marulanda dice que esas dos palabras, justamente, definen la personalidad del cardenal fallecido como defensor del 'Evangelio de la vida' y de la doctrina de la Iglesia, pues sus posiciones despertaron polémica en la sociedad contemporánea.
Así era el cardenal
Néstor Ponguta, colaborador de EL TIEMPO en Roma y especialista en El Vaticano, recuerda que alguna vez monseñor Alfonso López Trujillo fue a Roma para tratar de ver al papa Juan Pablo I y plantearle la realización de un encuentro mundial de la familia.
Sin embargo, no fue posible la reunión. El día previsto para la cita llovía en Roma y el entonces arzobispo terminó escampando en un sitio donde se encontró con otro prelado, al que le contó lo que había sucedido. Ese hombre era el cardenal Karol Wojtyla, quien poco después se convirtió en Papa y lo nombró cardenal, para luego crear el Dicasterio de la Familia, que presidió Alfonso López Trujillo.
Cuentan que el cardenal era directo y tenía un humor bastante particular. En una ocasión un periodista de un medio italiano, que estaba de visita en los discasterios, le preguntó que cuántos cardenales trabajaban allí y López Trujillo le contestó: "Que me conste, yo".
Era radical y frentero, pero no solamente con los temas relacionados con su cargo, sino que en una ocasión le dijo al ex presidente Andrés Pastrana: "Yo tengo fotos con todos los presidentes, pero estoy pensando en quitar la suya después de que se tomó una con el criminal más grande del mundo, Tirofijo".
Además, López Trujillo fue el responsable de la visita de Juan Pablo II a Colombia, en 1982. En esa ocasión, hizo que le instalaran un piano en la habitación de los benedictinos, donde se alojó,pues sabía del gusto del Pontifice por la música que salía de este instrumento.
domingo, 20 de abril de 2008
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