No había granadas ni morteros, tampoco fusiles o metralletas.Mucho menos pertrechos incendiarios como decía a diario la prensa parcializada. No se encontraron las terribles armas de la muerte. Más bien vimos decenas de decenas de personas asustadas y engañadas que querían proteger lo que consideraban su propiedad. Durante tres semanas hemos asistido a la interesada cantaleta mediática del desalojo de los invasores de Santa Anita. Para ellos, los "invasores" no cabía, como si cabe para otros, la opción del diálogo. Y no es que no la reclamaran, pues siempre la plantearon como una opción, sino que, desde un inicio los poderosos intereses se la negaron de plano. No es intención de esta columna restar méritos a la Policía Nacional que cumplió de excelente manera su función. Ni tampoco al Poder Judicial que de manera oportuna dictó su resolución. La intención es llamar la atención que la política, los medios, el sistema de Justicia y la misma policía tienen preferidos, preferidos que por lo general son allegados a los medios de presión, medios de presión que ya han descubierto como hacer en nuestro país lo que se les da la gana y cuando se les viene en gana. Bastan unos cuantos titulares y la cosa se pone en marcha. Basta un pajinazo y el político se alinea y el juez se cuadra. Basta una columnna y los más altos dignatarios de la Nación se ponen a la orden. No hay, de ninguna manera, igualdad en este sistema. He escuchado a opinadores decir que no importa que los "invasores" hayan invertido en kioscos o almacenes pues es ilegal. Sin embargo estos mismos opinadores cuando se trata de las "inversiones" también ilegales que se hacen por ejemplo en las playas de la Costa Verde defienden el capital. ! Cómo se va a desalojar si dan fuentes de trabajo ! dicen presurosos !Cómo van a derribar si han puesto su capital! dicen afanosos. Pero en el caso de los invasores de Santa Anita no vale ni la inversión, ni el capital y mucho menos interesa si genera algún tipo de ingreso económico a estas personas, que por lo visto, no merecen trabajar.
Hoy en Santa Anita no ha habido opción al dialogo. Hoy en Santa Anita no ha habido posibilidad de reubicación. No hay ninguna diferencia entre la estafa de los corruptos dirigentes y las autoridades de nuestro país. Ni Alan García ni Castañeda Lossio ni los malos dirigentes tienen preocupación social. Y el APRA demuestra una vez más que traiciona y juega con el interés popular. Como menciona La República los entonces congresistas apristas Carlos Armas y César Zumatea entre los años 2003 y 2004 presentaron una serie de proyectos de Ley a favor de los invasores, específicamente Herminio Porras que como recordamos hasta condecoró a Antero Florez Araoz con una medalla. Es cierto que algunos políticos han hecho uso de un clientelismo irresponsable con ciudadanos engañados, pero también es cierto que el APRA ha jugado un claro papel manipulador en este problema social. Y en medio de este drama el congresista Mulder, haciendo gala una vez más de su incontinencia verbal, ha pedido que los desalojados vayan a cobrarle a quiénes los estafaron. Pues entonces que los "invasores" vayan a la Casa del Pueblo a buscar a Zumaeta y Armas. Una vez más el APRA juega con la escopeta de los cañones, traiciona la esperanza popular y utiliza la necesidad de los más pobres como estos desalojados de Santa Anita a quiénes visitaban -y engañaban- asiduamente durante la campaña electoral del 2006.
Juan Sheput
política Juan Sheput
Catañeda Lossio