jueves, 21 de junio de 2007

El desmentido de Chile al presidente Alan García

Lo mínimo que se espera de un país decente cuando su Presidente es desmentido por un funcionario de menor categoría de otro país, un Canciller -tremendo mensaje diplomático-, es una nota de protesta enérgica. Más aún cuando el Presidente es desmentido por un anuncio que hizo en el propio Congreso de la República. Como notarán me refiero a la publicitada visita de García al Congreso, donde por propias declaraciones anunció que en la cita de presidentes en Tarija le había mencionado a la presidenta Bachelet la intención peruana de ir al Tribunal de la Haya. No pasó ni 24 horas y la respuesta chilena no se hizo esperar. Con tono calmado pero firme el Canciller Foxley, en lenguaje diplomático, dijo que es falsa la versión de nuestro presidente, es decir indirectamente lo trató de mentiroso, por que su versión -según los chilenos- no corresponde a la verdad. El único medio que reflejó la noticia en forma correcta fue Perú 21 en su versión impresa, página 7, donde bajo el título "Chile desmiente a García sobre Corte de la Haya" da cuenta de la negativa del canciller Foxley a la versión dada por el Presidente García, en el Congreso de la República, sobre la conversación sostenida con la presidenta Bachelet. Lo dicho por García, según la nota irrefutable de Perú 21, fue que el Jefe de Estado informó que le comunicó a la gobernante chilena las implicancias de acudir a la Corte Internacional de la Haya "con claridad y transparencia". Según dijo -informa el mismo diario- Bachelet reconoció el derecho soberano del Perú de presentar este reclamo ante instancias internacionales. "El Perú ha señalado sus propósitos sin que eso constituya ofensa ni agravio" dijo el mandatario, terminando así su nota Perú 21. Bien, todo esto, que dijo el Presidente García, ha sido desmentido por el Canciller chileno Foxley, sin que nuestra Cancillería, nuestro Torre Tagle, nuestra otrora respetable institución, diga absolutamente nada.
Quisiera plantear algunas reflexiones, en estos momentos en que la burla permanente a la Nación es tolerada por la mayoría de medios:
¿Le debemos creer al presidente García? Si es cierta su versión ¿Por qué la Cancillería peruana no responde de manera indignada? Si es falsa la declaración dada por el presidente ¿Es consciente del daño moral que le está haciendo a la Nación el señor Alan García? ¿Puede jugar con los destinos del país a partir de una alianza fáctica con algunos medios, empresarios y personajes corruptos?¿Puede un presidente de la República mentirle de manera tan descarada a la representación nacional? ¿y puede un Congreso aceptar alegremente que se le mienta? Si toleramos esto, pues somos una república con ciudadanos de tercer o cuarto mundo, después no nos quejemos. Es cierto que el actual Congreso pareciera de juguete, pero es más cierto todavía que el Presidente le debe el máximo respeto a las instituciones tutelares de nuestro país. Estos son los temas graves que ofenden al país que demostrarían una personalidad irresponsable y amoral al frente de los destinos de la Nación. Me reafirmo en que con la complicidad de la mayoría de medios de comunicación y políticos estamos marchando sistemáticamente por el camino de la involución y el autoritarismo descarado. Cuando la historia, en un futuro no tan lejano, analice los orígenes de un nuevo periodo destructivo para el país, dará cuenta que en sus inicios ante tantas señales de farsas, mentiras y componendas, muy pocos se indignaron.