miércoles, 4 de julio de 2007

La incompetencia no paga


La incompetencia está causando estragos. En menos de un año hay conflictos en Huancavelica, Ucayali, Piura, Ancash, Ayacucho, Huánuco, Cajamarca, Arequipa, anuncios de paros indefinidos en el sector minero, en la CGTP y en los maestros. Delincuencia y narcotráfico creciente y sensación de corrupción generalizada. A todo ello le agregamos el alza sistemática de precios de artículos de primera necesidad para no hablar de la destrucción de instituciones y el deterioro, al igual que hace 20 años, de la carrera pública. Es el costo de la incompetencia del actual gobierno que tiene en el gabinete ministerial a la crema y nata de los defensores de los intereses creados. Un gabinete que ya perdió lo más importante en la función ejecutiva: la credibilidad. Un gabinete que no sabe a donde ir por que las cabezas, si las hay, tampoco saben que rumbo tomar. Un gobierno que define objetivos en función de los titulares del día y modifica sus destinos en razón al dictado de las encuestas. Pobre Perú. Este gobierno, de Alan García, tuvo de todo para destacar: apoyo de la prensa, muchísimo dinero, nula oposición y todo lo ha desperdiciado ¿En qué ? En politiquería barata, no en baja ni alta politiquería como dice el Presidente, pues eso no existe, simplemente ha perdido su tiempo en cuestiones sin importancia.
El partido de los 83 años no tiene cuadros para gobernar y justifican su incompetencia en que recién llevan un año al frente del gobierno. Es decir un 23% del país ha votado por ellos para que aprendan recién ahora acerca de la cosa pública. Contra lo que dicen los aúlicos del gobierno se requiere urgente de cambios en el gabinete y emprender una serie de reformas para sostener el crecimiento económico. Reformas y nuevos rumbos que los actuales cansados ministros no pueden dar. No necesitamos ministros que sepan sonreir ante las cámaras ni ministros que estén mas preocupados de su dieta que de la agenda. Se requiere funcionarios con ideas claras y objetivos concretos. Y de ellos adolece, por culpa de ellos mismos, el actual gobierno.