Cuando en su mensaje presidencial el Dr. Alan García prometió erradicar el analfabetismo nadie le recordó que hasta Japón tiene analfabetos.
Ahora que promete -y le creen que es peor- que reconstruirá Pisco en unos meses habría que recordarle lo que ha sucedido en Nueva Orleans devastada hace dos años con el Huracán Katrina: hasta hoy reclaman ayuda, se sienten desamparados. Ni 10,000 millones de dólares ni los empresarios privados pudieron reconstruir o remodelar a una hermosa ciudad con destellos franceses. ¿Por qué fallaron las cosas en Estados Unidos? ¿Por qué en la cuna del liberalismo económico no funcionó el empresariado? Porque simplemente el Estado, el gobierno, las autoridades no estuvieron a cargo. Todo lo encomendaron. Todo lo delegaron. Todo lo externalizaron. Lo mismo, con mucho menos dinero, se pretende hacer con Pisco, Perú.
Una nota de El País de España nos recuerda el drama que sigue viviendo la población de Nueva Orleans. El presidente George W. Bush visita la zona avergonzado. Lo mismo podríamos inferir sucederá acá si se insiste en dejar las políticas públicas en manos de empresarios privados.
El problema en Nueva Orleans no son las autopistas, ni los aeropuertos o puertos. Eso se reconstruyó y rápido. El problema es ayuda psicológica para los que perdieron todo, seguir viviendo en su mismo terruño (memoria urbana), medicinas, ayuda humanitaria esa tan simple que consiste en alimentos, en artículos de primera necesidad.
Y aquí, se sigue engañando, estirando al máximo la desgracia del terremoto. Se sabe que hasta la fecha hay muchos poblados que no reciben ayuda y eso lo ignoran las unidades de investigación. Se sabe de muchos poblados que no tienen ni agua para beber y la preocupación del presidente García es la oficialización del nombramiento de su consejero Julio Favre. Primero la autopista que el cobijo y bienestar de miles de damnificados.