Cada vez que la naturaleza ha mostrado su furia destructora ha sido difícil controlarla. Lo único que podemos hacer, con previsión y organización, es minimizar los efectos de sus manifestaciones descontroladas. Para ello los países cuentan con gobiernos que ponen los recursos del Estado al servicio de sus damnificados.
¿Pero qué pasa cuando los gobiernos demuestran ineptitud e incompetencia? ¿Qué es mas fatal para un moribundo? ¿ el terremoto destructor o la incapacidad de un funcionario?
Todo esto viene a colación a raíz de la forma como el gobierno del Dr. García está encarando el uso de los recursos del Estado para asistir a los damnificados.
El presidente debe saber que los mejores operadores logísticos del país están en las Fuerzas Armadas no en este consejo de ministros ansioso de figuración.
El presidente Alan García debe saber que si la administración pública está inmovilizada es porque él mismo la ha atemorizado, con sus órdenes impensadas, con sus contradicciones, por su incapacidad para delegar, por su falta de autoridad moral. Nadie mueve un dedo si no lo autoriza el presidente o sus ministros ansiosos de figuración. De ello se da cuenta la población de allí su crítica destemplada, que en algunos casos ha llegado al insulto directo a la figura del jefe de Estado.
El presidente se jacta que en 36 horas ha habido 59 vuelos. No percibe que los mismos han sido muy espaciados y que la capacidad de carga que pueden transferir es mínima. No se da cuenta el presidente Alan García que por su demagogia simplista y populista ha privado a las víctimas del mejor avión de la Fuerza Aérea, el avión presidencial, que para casos de emergencia puede prescindir de sus asientos y transformarse en avión de carga. Que este avión podría haber ido y venido varias veces en un día y cubierto también a Ayacucho, Apurimac y Huancavelica donde las víctimas a la fecha no reciben ningún tipo de ayuda.
No se da cuenta el presidente que requiere unidad de mando y que es inadmisible que firme la resolución de salida a su Ministro de Defensa Alan Wagner para un paseo a la China de 10 días en medio de una tragedia. El Ministro Wagner por sólo este hecho debería salir de inmediato del gabinete, por su total indiferencia a los asuntos vitales y urgentes de la Nación.
No se da cuenta el presidente de la incompetencia de su gabinete que indica que no repartan nada hasta que lleguen los ministros para salir en la foto o en la televisión. Esta utilización política del drama del pueblo peruano y que los ciudadanos denuncian por las ondas radiales no tiene antecedente en las serie de desgracias que ha tenido nuestro país.
No se da cuenta el gobierno que la tragedia que vive nuestro país no puede servir de pretexto para el festival de cuentas de donación que se están abriendo en el país. Todos piden dinero a la generosa población peruana, dinero que a falta de fiscalización puede acabar en manos equivocadas.
Señor presidente, deje de actuar y poner nombres rimbombantes, inútiles y marketeros, como el de Comando Conjunto de Operaciones de Ayuda y Solidaridad. No está en competencia con su gemelo Castañeda Lossio. Deje a las fuerzas armadas el comando único de las operaciones logísticas y de salvataje y evacuación. Que sus ministros den un paso al costado y permitan que los especialistas coordinen provisión de servicios como salud y seguridad, dotación de alimentos y agua, reparto de abrigo, carpas y medicinas. Y deje de hablar señor presidente porque la realidad nos muestra el poco valor de sus palabras.
La desorganización ya desespera. El drama apura y no espera que lleguen los camarógrafos para poder recibir atención.
Deje trabajar a los que saben, ellos están en las Fuerzas Armadas, en los bomberos y en los miles de miembros del cuerpo médico. Muchos ministros que ni siquiera conocen sus funciones son simples entrometidos en lugares donde se requiere personal especializado. Por eso el caos, por eso el desorden, por eso la desesperación.
Estamos viviendo momentos difíciles y la incompetencia de su gobierno lo está agravando.
Galería de imágenes de La República sobre el terremoto