Al conocer los resultados a boca de urna que le otorgaban una relativa mayoría a su movimiento Alianza País el presidente Correa ha indicado a la prensa que está dispuesto a disolver o recesar el Congreso.
Es obvio. No resultan muy políticas las declaraciones del presidente del Congreso ecuatoriano Dr. Jorge Cevallos rechazando esta iniciativa. Es muy tarde, son declaraciones idealistas que no tienen nada que ver con la real politik. En contrario Alberto Acosta, líder de la alianza ganadora, manifiesta que el Congreso debería autodisolverse. Considero que eso es lo que debería hacer salvo que pretenda dar una pequeña batalla política que termine de todas maneras en la disolución del parlamento. No puede hacer otra cosa Correa, el caos, con la coexistencia de ambas organizaciones estaría garantizado.
Por otro lado se sabe que un poder constituyente se impone a los poderes constituídos, de allí la debilidad del actual Congreso ecuatoriano.
En otras palabras la suerte está echada. Habrá que ver ahora cual es la agenda política de la asamblea constituyente. Por lo pronto el presidente Correa se libera de una oposición que empezaba a ser molestosa y se pone a "disposición" de la nueva Asamblea. Lo mismo hizo antes Hugo Chávez.
Vivimos tiempos de autoritarismo, problema clave que requiere de caudillos y falta de instituciones para manbifestarse.
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