domingo, 16 de septiembre de 2007

¿Hay o no hay inflación?

El presidente se reúne con sus funcionarios para evaluar medidas que eviten la subida imparable de los precios del pan y el pollo. ¿Estamos volviendo a la época del control de precios? ¿El remedio será peor que la enfermedad? ¿El manejo de la economía será igual de prepotente que durante su primer gobierno donde no dejaba tomar decisiones a sus ministros?

El camote ha subido de 0,20 a 2,90; el pan de 0,10 a 0,20; la albahaca de o,50 a 4,50; el pollo de 3,80 a 4,50; el precio del dólar está a la baja; las exportaciones han perdido impulso; es posible que el Tratado de Libre Comercio no salga hasta el año 2009; se ha agotado el fondo estabilizador del precio de la gasolina.

El remedio puede ser peor que la enfermedad.

¿Y los directores empresarios del BCR?

Alan García vive horrorizado ante la posibilidad de repetir una pésima performance económica única y exclusivamente por entrometerse en lo que no sabe.

El presidente García quiere control de precios. Ese es el nombre que técnicamente corresponde a las medidas que da para evitar la subida de precios. Los técnicos indican que el precio del pan debería ser de 0,39 es decir 300% más.

Todo esto se pudo evitar o por lo menos aliviar.

¿Cómo? Si hubiera hecho reformas de fondo en los primeros meses de su mandato cuando tenía todo a su favor. Reforma tributaria, arancelaria, laboral, eran algunas que tenían que haberse realizado al inicio de su gobierno.

No las hizo.

Prefirió, irresponsablemente, las cortinas de humo: pena de muerte, persecuciones políticas, pacto social.

Ahora mientras los precios suben disminuye el consumo. Aumenta la morosidad por tanto disminuye la tributación.

El presidente García una vez más pensó que la economía se rige con declaraciones.

No es así.

Esperemos que no sea muy tarde para que una vez más, al igual que hace 20 años, únicamente por su intromisión el Perú no vuelva a padecer lo que padeció en su primer gobierno.

Señor presidente no olvide que la economía no se rige ni por declaraciones ni por decreto.