Así como los demócratas, a diferencia de lo que hizo Fujimori y Montesinos, creemos en un juicio imparcial y transparente así debemos dejar en claro, y con firmeza, que son inaceptables los actos de prepotencia y las declaraciones amenazantes de la hija del dictador y prófugo de la justicia Alberto Fujimori.
La señora Keiko debe entender que su padre tiene acusaciones por crímenes de lesa humanidad, por actos de corrupción, por desapariciones forzadas y, entre otras cosas, por haber dejado una secuela de usos y costumbres en diversos sectores del país que afectaron a nuestra sociedad.
El extraditado Alberto Fujimori se merece, como cualquier ciudadano, un juicio justo. Pero ello empieza por reconocer su igualdad ante la Ley y esta se inicia con el trato imparcial sin ningún tipo de privilegios.
Se está juzgando al individuo que avergonzó a nuestro país en conjunto con su socio Vladimiro Montesinos. No es cualquier cosa. La salud de la Nación está primero.