El cardenal Juan Luis Cipriani vuelve a mentir. Dice que le da pena contemplar un país polarizado y dividido.
¿De qué país habla el señor Cipriani?
Si un país polarizado y dividido es el nuestro por 500 fujimoristas -muchos de ellos a sueldo según el estilo Kouri Callao- que van a agredir al aeropuerto, somos poca cosa como Nación.
Pero como no es así y la situación es distinta corresponde decirle al señor Cipriani que sus declaraciones no se condicen con la realidad sino que mas bien le hacen el juego a la corrupción y ansias de impunidad.
La estrategia de los fujimontesinistas es en primer lugar hacerse los delicados de salud. Ni la hipertensión ni la gastritis son impedimento para ir a los tribunales. Los juicios deben ser rápidos. Sino pasará lo de Joy Way, que a los tres años intentó salir de su encierro porque no se empezó el juicio que podría llevarlo a sufrir prisión por faltas que ameritaban penas de 15 años.
Otra parte de la estrategia la constituye decir que Perú es un país polarizado. Que estamos divididos.
Cipriani coincide con el diario La Razón.
Lo que da pena, para utilizar las palabras de Cipriani, es la forma como un pastor de la Iglesia pretende manipular a los feligreses con verdades a medias que son simples mentiras.
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