Siguen los cambios de nombres a programas creados por el anterior gobierno. A los casos conocidos de Crecer, Construyendo Perú, Mi Vivienda que reemplazaron sólo los nombres de Juntos, A Trabajar Urbano, Techo Propio ahora el gobierno del señor Alan García agrega la Oficina Nacional Anticorrupción que es el sobrenombre que se le coloca al Consejo Nacional Anticorrupción, creado durante la administración del presidente Alejandro Toledo.
Para ello el gobierno, con una creatividad digna del consejo de ministros actual, ha dispuesto que todo el inmobiliario y los recursos del Consejo Anticorrupción pasen a la novísima oficina que funcionará, y esto no es broma, adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros.
¿Investigará esta oficina al SIS? ¿A SEDAPAL y sus licitaciones a empresas vendedoras de ositos de peluche? ¿el ingreso del Banco Azteca? ¿INABEC? ¿los estudios de abogados lobistas? ¿al ministerio de educación? ¿PETROPERÚ? ¿ESSALUD? ¿Ministerio de Transportes? ¿Ministerio de Trabajo? ¿IDICE Alan? habrá que esperar, pero los resultados a la luz de lo acontecido con Tula Benites y Luis Alva Castro son más que evidentes. A mayor corrupción más distracción.
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