lunes, 15 de octubre de 2007

La cédula censal y el derecho a nuestra privacidad

¿Cuál es el sentido de preguntar el nombre y apellido de todas las personas que se encuentran en un hogar el día del censo? ¿Acaso no es esta otra intromisión a nuestra privacidad? ¿En qué ayuda el hecho que se coloquen los nombres y apellidos de las personas que se encuentran en una determinada vivienda para los fines del "censo"? ¿No basta acaso con los datos del RENIEC y del registro único de nacimientos?
Extraño en verdad.
La cédula censal que aquí presentamos es el formulario final que utilizarán niños y adolescentes que con mucho entusiasmo y poca seriedad se han anotado para "censar".
La confusión de objetivos y fines es de tal magnitud que dudo mucho que este "censo" sirva para algo distinto que deteriorar la economía de algunos hogares y contribuir activamente al aburrimiento familiar. Mantener "detenidos" a grupos familiares en algunos casos en condiciones promiscuas o de hacinamiento es muy grave. Imagínense un hogar de 5 personas que viven en un cuarto de 15 metros y que tienen a uno de los habitantes enfermo de gripe o de cualquier otra cosa. El efecto será un deterioro de la salud pública. Y todo por obra y gracia de un capricho presidencial.
A la fecha se sabe que la capacitación para el censo es sumamente desordenada. Y en Ingeniería se sabe, más que en cualquier otra profesión, que si al cálculo ingresa basura pues basura saldrá como resultado. El ingreso de datos generará una confusión de origen.