Preocupante la solitaria denuncia que hace Rosa María Palacios respecto al decreto supremo (es decir autorizado por el Consejo de Ministros) aparecido el último miércoles en el cual se trata sobre el funcionamiento de plantas petroquímicas en el país.
Según el artículo escrito por la distinguida periodista hay un propósito en este decreto: "sacar de carrera a algunos de los competidores del consorcio que PETROPERÚ tiene con PETROBRAS". Demostrando la poca seriedad con que este gobierno trata a la inversión extranjera, recordamos que hace poco más de un año el mismo García anunció las ventajas que se obtendrían del acuerdo entre la empresa peruana y la brasileña PETROBRAS, que hoy mediante Decreto Supremo del ministerio de Energía y Minas tira por los suelos. Por lo visto a este gobierno, el de Alan García, no interesa para nada honrar la palabra gubernamental, sino sólo aquella que convenga a los intereses personales de un grupete de individuos.
Al frente de PETROPERÚ está César Gutiérrez, persona de absoluta confianza de Hernán Garrido Lecca, a quien le debe el puesto y que algún día tendrá que explicar mucho sobre estos extraños contratos y comportamientos que aparentan corrección y legalidad pero que todo indica son todo lo contrario.
Rosa María Palacios se pregunta al final de su columna si este no será un casito para la Dra. Carolina Lizárraga para que haga labor preventiva.
De repente me equivoco pero creo que Rosa María ha querido dar un toque de humor a su leída columna. No creo, para nada, que la señora Lizárraga emprenda una lucha frontal contra las evidentes irregularidades que comete este gobierno (irregularidades con aroma de corrupción). Su silencio ante este y otros casos es más que evidente.
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