Como no podía ser de otra manera la Comisión de Fiscalización del Congreso de la República ha rechazado la denuncia en contra del ministro de Salud, Carlos Vallejos, por una presunta responsabilidad penal en las compras sobrevaluadas de alimentos, por parte del Seguro Integral de Salud (SIS).
De nada valieron los informes periodísticos, de nada valieron las múltiples evidencias, más pudo el lobbie sensiblero de algunos congresistas, no necesariamente apristas, que defendieron detrás de cámaras la posibilidad de acusar penalmente al señor Carlos Vallejos, que en estos momentos debe estar riéndose de la mayoría de peruanos.
La política en nuestro país está más que devaluada. Tenemos en el Congreso una pseudo oposición que es funcional a los usos y costumbres de la corrupción. Una oposición que tiene en la actitud de Unidad Nacional, UPP y algunos parlamentarios del Partido Nacionalista y de la Alianza Parlamentaria la acción perfecta para hacer rentable a la corrupción.
Carlos Vallejos no es culpable de nada. Al diablo con los pobres. Y una vez más por la complicidad de las bancadas parlamentarias de un Congreso cada vez menos representativo la pita se romperá por el lado más débil.
Y el Ministro Carlos Vallejos, desde mi punto de vista un funcionario que tiene que dar más de una explicación, seguirá celebrando. Motivos le sobran. Sabe que este Congreso no investigará nada sobre el SOAT médico, las vacunas malogradas, las campañas antitécnicas, los robos del SIS y la compra fraudulenta de medicinas.