sábado, 13 de octubre de 2007

Tres muertos por innecesaria vacuna contra la Fiebre Amarilla

En tan sólo una semana en nuestro país se han roto los records de muertos como consecuencia de la vacunación contra la fiebre amarilla. Y el nivel de cobardía es tan grande que ni el Colegio Médico ni ninguno de los llamados científicos de la salud ha salido a protestar por estas muertes de inocentes.
Las estadísticas indican que según investigaciones en Estados Unidos ha habido 3 muertos en un millón de vacunas en largos periodos de tiempo. En Perú ha habido 3 muertos en menos de 25,000 vacunas y no hay indignación.
Aún más, según el blog "Vacunas para Viajar" el Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas GACVS "reitera la recomendación de limitar esta vacunación a los viajeros que presentan un riesgo real de exposición a la fiebre amarilla. Además, los vacunadores deben evaluar cuidadosamente los riesgos y los beneficios de la vacunación de los viajeros de edad y solicitar sistemáticamente información sobre eventuales antecedentes de enfermedad del timo, cualquiera que sea la edad de la persona. Cuando existan dichos antecedentes es preciso considerar medidas alternativas de prevención." Estos sujetos del Ministerio de Salud han vacunado a diestra y siniestra, sin pedir antecedentes a la gente, en una actitud miserable, configurando lo que podría ser un homicidio culposo.
He tenido la oportunidad de conversar con médicos que prefieren el anonimato. La vacunación en Ica era innecesaria. En nuestro país las epidemias de Fiebre Amarilla requieren históricamente del binomio mosquito-mono y de las humedades tropicales, y nada de ello hay en Ica. No había necesidad de vacunar a gente debilitada por la ausencia de alimentos y servicios básicos. Pero en el Perú de Alan García todo es posible, hasta la muerte de inocentes damnificados.
El propio Ministerio de Salud indica que no ha habido episodios de Fiebre Amarilla en zonas como Ica, donde no hay humedad, no hay primates y no podría vivir el mosquito.
Me temo que detrás de esta política pública, sobreactuada y fabricada, hay grandes negocios que nuestros congresistas se niegan a investigar. Al igual que la cuestionadísima vacuna contra la rubeola, que sin ningún estudio se hizo a inicios de este gobierno, igualmente aquí, pienso, hay grandes intereses al más alto nivel del gobierno, que no tienen escrúpulos en malograr vidas humanas.
Con gran hipocresía el ministro Carlos Vallejos dice que una comisión va a investigar. El Congreso anuncia lo mismo. No se llegará a nada, se los puedo asegurar. Va a "investigar" el mismo Congreso que dice que el señor Vallejos es una persona eficiente y correcta. Si fuera así no tendría gran número de cuestionamientos por su negocio particular ONCOSALUD. Tampoco de su paso por el Hospital de Neoplásicas, donde ejercía sin ética profesional un cargo en el cual había de manera clara conflicto de intereses.
Lo más penoso de todo, pues demuestra nuestra poca autoestima como Nación, es que este individuo siga en su cargo sin que pase absolutamente nada. Las vidas de personas sencillas y humildes para el gobierno de Alan García no valen nada.
Y encima de todo esto se anuncia otro gran negocio: el SOAT médico. Esperemos que los médicos dignos se pronuncien ante este anuncio de otra gigantesca irregularidad.