Bastó un capricho presidencial para que se movilizara la maquinaria de gasto superfluo de este gobierno y se programara el mal llamado XVI Censo Nacional.
Los reportes indican gran cantidad de problemas, algunos que enumeraremos a continuación:
1. Casas sin censar aparecen con el sticker de "casa censada".
2. Encuestadores que confunden a los ciudadanos por no tener preparación.
3. Las contradicciones del presidente, del premier y sus ministros respecto a las instrucciones del censo.
4. En el Rímac sujetos del mal vivir se han anotado como encuestadores.
5. Mal llenado de las cédulas del censo que dificultarán la digitación.
6. Preguntas cuyas respuestas no brindan credibilidad.
7. Ausencia a última hora de encuestadores.
8. El levantamiento de la ley seca expone a adolescentes a encuestados en estado de ebriedad, sobre todo en zonas marginales.
Y así podríamos enumerar más.
El presidente sin rumbo está llevando al país a un retroceso evidente. Fernando Rospigliosi escribe sobre los caprichos presidenciales que le cuestan al país, Augusto Alvarez Rodrich rememora el arte del cojudeo y Jorge Bruce que habla sobre un zar antinarcisismo, coinciden en ello.
Pobre país. Lo peor que le ha podido pasar es caer en manos de Alan García y sus pseudo ministros.
Una nota más. Muy pocos ingenuos confían en lo que pueda hacer la Oficina Nacional Anticorrupción sobre todo después de los nuevos insultos presidenciales de hoy en la mañana.