sábado, 3 de noviembre de 2007

¿Cambios en el gabinete?

Como preparando la próxima cortina de humo, un grupo de diarios gobiernistas hacen anuncios que se vienen cambios en el gabinete. Dudo mucho que se realicen, ¿la razón? el conjunto de funcionarios que acompañan al señor García Pérez, desde los diversos ministerios, le es funcional, absolutamente, a sus caprichos e intereses.
Por otro lado es sabido que son muy pocos los técnicos que se respetan, a quiénes gustaría ser parte del gabinete Del Castillo. Lo sucedido en el Ministerio de Economía es emblemático. Independientemente de las calidades personales de la señora María Soledad Guiulfo, se sabe que es una buena administradora de empresas, más no economista. Sin embargo ante la negativa casi general de técnicos dispuestos a asumir al Vice Ministerio de Economía se tuvo que recurrir a ella en última instancia.
Lo mismo está pasando en diversas carteras, ya en el primer nivel del gobierno. Los técnicos y profesionales capaces no quieren quemarse a futuro, compartiendo responsabilidades con una serie de funcionarios que han enloquecido y están dispuestos a cualquier cosa con tal de seguir haciendo negocios a costa del Estado.
Las evidencias de malos manejos, los cada vez más seguidos indicios de corrupción, la falsedad en el diseño de políticas públicas para justificar negocios, son características del actual gobierno.
No lejos en el recuerdo está la campaña sobre el fenómeno del Niño que justificó millones de soles en gastos innecesarios. O las campañas de vacunación. O la subida de los precios de cemento para amparar la reducción de aranceles que favorece a la empresa mexicana CEDEX. O la necesidad de infraestructura que soporta una andanada de licitaciones a dedo, con sujetos que fungen de operadores cuando son en realidad subastadores de obras públicas.
La corrupción siempre causa perjuicios en el presupuesto público. Y uno de sus indicadores, cuando hay dinero, es el deterioro de los servicios públicos que hoy es más que evidente.
Y la corrupción se facilita cuando no hay oposición, sobre todo la parlamentaria y cuando desde los medios de comunicación, como hoy, hay un exceso de comprensión.
Por eso dudo mucho que haya cambios en el gabinete. Salvo que se trate de alguien con ganas de hacer lo que los actuales ministros vienen haciendo: ignorar los graves indicios de corruptelas que se están dando a los más altos niveles del gobierno.