sábado, 3 de noviembre de 2007

Gobierno teme a la jornada del 8 de Noviembre

No sé con qué autoridad moral o política el premier Jorge del Castillo invoca a la población a rechazar la segunda jornada nacional de lucha convocada por diversas organizaciones sociales.
El pueblo tiene derecho a movilizarse, entre otras cosas para evitar la desfachatez del gobierno que cree que puede apañar y proteger actos de corrupción con total impunidad.
Porque ya no se trata de la evidente incompetencia de este gobierno. Ya no se trata de la inflación de los artículos de primera necesidad. De lo que se trata es de decirle alto a la corrupción que ha invadido todos los niveles del Estado, como no se había visto desde los tiempos del primer gobierno de Alan García y de la década corrupta de Kenya Fujimori.
En menos de cuatro meses el gobierno enfrenta su segunda jornada de lucha, protagonizada por un pueblo decepcionado que se siga agrandando la brecha entre ricos y pobres, promovida desde el más alto nivel del gobierno.
El 8 de noviembre promete ser un día especial. La jornada liderada por la CGTP debe ser todo un éxito. Será un día en el cual los jóvenes, luego de mucho tiempo, marcharán junto a sus maestros, insultados por un gobierno que desconoce los derechos ganados de los profesores universitarios.
Marcharán las comunidades campesinas que son avasalladas por leyes y leguleyadas que les arrebatan sus tierras y los condenan a la pobreza más miserable.
Estarán los pequeños empresarios que desaparecerán con la reducción criminal y no avisada de aranceles, que le abrirá las puertas a empresas chilenas y chinas, con el pretexto de reducir los precios. Estarán los profesores de escuela, los jubilados, la juventud harta de tanta pero tanta corrupción e incompetencia que pretende quedar impune. Estarán las poblaciones de las reservas y santuarios nacionales que el gobierno desea desaparecer para entregárselas a las voraces compañías que sólo desean comercializar el gas y la madera.
Hay razones para manifestar nuestro hartazgo. Y la lucha contra la corrupción y por evitar que se vuelva a los usos y costumbres del aprofujimontesinismo es un buen motivo. El próximo 8 de noviembre será, en ese sentido, un día histórico.