El CADE le parece tan importante al señor Alan García que lo tomó a la broma. Como informa Perú 21 las bromas no faltaron en el discurso de clausura del Dr. García. No podía ser de otra manera. estas conferencias anuales hace mucho que son superficiales y demuestran, por lo general, lo desconectado que está el mundo empresarial de la realidad.
Para muestra un botón. Durante días el empresariado nacional se la pasó alabando los artículos periodísticos del Dr. García, abundantes en situaciones y sugerencias anacrónicas, y el CADE invitó a un científico de Harvard quien, en conferencia virtual, indicó que la riqueza no se encuentra en los mares ni en los bosques sino en el conocimiento.
De todas las conferencias anuales de ejecutivos que recuerdo, esta es tal vez, la más intrascendente. Tuvo como lema la justicia y la inclusión, en el mismo momento en que un representante del empresariado llamaba malnacidos a un grupo de estibadores que reclamaban mejores condiciones de trabajo.
En una muestra clarísima de su ausencia de planificación, visión prospectiva y apego a la coyuntura, el señor García dijo que no hay que preocuparse por el mañana. Esta aseveración, hay que reconocerlo, se condice con la realidad, el señor García indudablemente no piensa en el mañana pues no es un estadista.
Fiel a su estilo superficial y de acuerdo al auditorio que lo escucha el Dr. García hizo una nueva andanada de promesas que resume muy bien el diario El Comercio. No hay prioridades nacionales, sólo promesas.
En fin. El CADE se clausuró, una vez más, sin pena ni gloria.