sábado, 10 de noviembre de 2007

Una Mesa de Partes llamada Consejo de Ministros

Ya ni siquiera son secretarios. De acuerdo a las últimas informaciones periodísticas que dan cuenta del papelón hecho por Hernán Garrido Lecca a raíz que no le permitieron su capricho de rematar velozmente las propiedades del Estado, el país ha tomado cuenta de la devaluación del llamado Consejo de Ministros.
Hoy, gracias a García, los consejos son meras discusiones donde se discute si se vende o no el avión presidencial, si va o no va el SOAT Médico, un capricho presidencial que representa un gran negocio para las aseguradoras. O de lo contrario se discute el capricho, también presidencial del fracasado FORSUR, o de lo contrario el remate de los bienes y terrenos del país.
Luego de cumplir el papel de mesa de partes vienen las confrontaciones públicas. El funcionario Hernán Garrido Lecca da rienda suelta a su frustración como lobbista. El otro funcionario, Jorge del Castillo, en una demostración de caballerosidad y respeto a su compañero de mesa dice que si está cansado pues puede irse. Lo acompaña con la sonrisa nerviosa, propia de una dama de Estado, la señora Susana Pinilla (que siendo encargada de Trabajo no sabe que las gratificaciones están sujetas a impuestos).Y para redondear el tan bajo nivel de estos funcionarios sale el señor Alan García a burlarse del grupo que lo acompaña especificandoque el drama de Garrido Lecca es por su agresiva dieta. Coherente el señor García, lo rodea un grupo de funcionarios más preocupados de estirarse las arrugas, inflarlas con botox, o de comprar tintes para el pelo o de hacerse operaciones gástricas.
Este es el Perú Político del señor Alan García.
Ya lo hemos escrito. La infinita decepción causada por su primer gobierno nos trajo a Fujimori y su pandilla. Su terrible comportamiento actual, que ha superado con creces los indicios de corrupción de su primer gobierno a qué nos llevará.
Los que son incapaces de darse cuenta del problema en que se están metiendo son los miembros del llamado "consejo de ministros" quiénes con su obsecuencia y silencio están acompañando las más atroces medidas que perjudican el erario nacional. La factura de la decencia y de la historia que tendrán que pagar será muy cara.