A qué nivel habrán descendido nuestras "instituciones" que son incapaces de detener el latrocinio que se comete a diario en la Vía Expresa del Callao.
Alex Kouri, socio político de Alan García y gran amigo de Vladimiro Montesinos, dijo en un audio de la corrupción que "el negocio está en el peaje". Efectivamente. Un sol cincuenta diario por miles de vehículos permitirán a las organizaciones mafiosas recaudar cerca de 216 millones de dólares en los próximos años.
Ello explicaría no sólo el tren de vida sino la forma como se compran votos en el Callao.
Alex Kouri es el referente del clientelismo y del tráfico con la pobreza. Reparte alimentos, dádivas, festivales de música y de modas, para "comprar" y atontar y sobre todo volver dependiente a la población del Callao, de todos los niveles sociales.
Lo mismo sucede en Lima, con algunas variantes, aunque de ello escribiremos en otro post. Independientemente de los amigos, los alcaldes vecinos tienen los mismos estilos.
Volviendo a Kouri, la protección que goza de sus socios políticos los apristas le permite seguir gozando de impunidad. Ello aunado a una corte mediática muy bien remunerada le permite gozar del silencio cómplice que opaca sus malos manejos y su triste trayectoria.
La Primera hace bien en desnudar a este individuo que, a pesar de sus innumerables indicios de actos corruptos, goza de "prestigio".
Una de las principales actividades de la sociedad civil debería ser emprender la construcción del Museo de la Corrupción donde con muñecos de cera, fotos y vídeos que la población pueda ver se muestre el nivel de delito al cual se llegó en la decada fujimontesinista, en la cual participaron tantos sujetos reciclados que hoy son alcaldes, presidentes regionales o ministros.