Esto no es inversión: es chilenización. En el mismo Palacio de Gobierno, con la presencia de Alan García y un funcionario de menor nivel, los empresarios Efraín Wong y Horst Paulmann anunciaron la venta de WONG.
El nivel de penetración de la economía chilena en nuestro país ya llega a los 6,500 millones de dólares y ya ejerce una marcada influencia tanto en los medios de comunicación peruanos como en la política peruana.
Los chilenos son propietarios de nuestras minas, de nuestras tierras, son dueños de los principales almacenes, destruyen nuestra clase media. Los peruanos, gracias al entreguista y prochileno Alan García, son empleaditos, barrenderos, cajeros, recepcionistas, mientras los chilenos vienen a ocupar cargos gerenciales.
De seguro, ridículamente, algunos empresarios y periodistas a quiénes les han comprado la opinión, saldrán a defender esta venta lamentable. No interesa. Simplemente ya no hay que comprar en WONG ni en Plaza Vea ni en Saga ni en Ripley. Hay que volver, como en las grandes ciudades del mundo, al bazar, a la bodega y a la farmacia del barrio, a nuestros mercadillos y paraditas. Así es en Tokio, Barcelona, Bogotá, Buenos Aires, Madrid, Londres, lugares donde el pequeño negocio y el mercado de barrio ha fortalecido nuestra clase media, que así pudo educar a sus hijos y nos hizo crecer comno sociedad.
Ya basta. No hay que comprar nada a los almacenes chilenos. Ya dominan gran parte de nuestra economía.
Hipermercados METRO, Almacenes ECO, Supermercados WONG, ya no serán más el orgullo de todos los peruanos. Los hijos de inmigrantes chinos que supieron querer nuestro terruño como el que más le han vendido el 100% de sus acciones a capitalistas chilenos, que quieren crecer en un mercado que aún da para más. Es decir la bonanza peruana ya no estará dirigida a empresas peruanas sino a chilenas. Por eso es positivo que la gente vaya a Gamarra, a Topy Top, que consuma Café Altomayo, Kola Real, computadoras ADVANCE. Ya, lamentablemente, no será lo mismo comprar en WONG pues ya no es peruana.