Pareciera que el gobierno del señor García Pérez está jugando con tema tan importante como el litigio con Chile que definiremos en La Haya. Y digo pareciera porque con gran candidez el canciller García Belaúnde habla de negociar, como si de negociaciones se tratara y no litigios como es lo correcto, tal y como lo recordara Herbert Mujica en su leída columna de la red Voltaire.
Es probable que las calidades personales del embajador Allan Wagner no estén en discusión pero sí la versación en el tema y el dominio jurídico. Como dice Herbert Mujica el ex ministro de defensa no es abogado y en estos litigios se requiere de gente con gran capacidad jurídica y conocimiento de nuestra Historia.
Por lo pronto el que esto escribe tiene serias dudas sobre la delegación peruana si es que en ella va a estar presente un individuo que ha sido acusado de traición al país y no ha respondido por ello como es Fabian Novack. En ese sentido sólo la debilidad de este gobierno puede permitir que este individuo haya sido viceministro de defensa y que en la embajada peruana en Santiago esté un ciudadano de alma y ancestros chilenos como Hugo Otero.
No se trata, una vez más, de chauvinismo. Se trata de dignidad.
Lo correcto, desde mi punto de vista es que la delegación peruana la encabece alguien como Manuel Rodriguez Cuadros. Esa si sería una delegación que sería temida por Chile. No sólo en lo jurídico: también en lo histórico y por qué no decirlo en la fuerza de lo temperamental.